Cuerpos Violentados
Marcela
Gutman, Cecilia Salvetti, Zulema Buendía.
1.
Aportes
Como
asistentes al Seminario “Lazos sexuales en el siglo XXI: la
violencia de género y el femicidio” durante el año 2015, nos interesó investigar la problemática
propuesta por los responsables del Departamento de Investigación VEL, “Cuerpos
violentados”, para realizar aportes
en función de la Jornada del ICdeBA, en
marzo del año 2016.
En “Radio Lacan”, Jorge Chamorro, uno de los responsables del Observatorio 1 de
la FAPOL menciona en el audio:“La
violencia y las mujeres en Latinoamérica”[1],
la propuesta de ampliar la investigación sobre la violencia contra las mujeres, con los “aportes
de orden práctico” de especialistas
en el área que se encuentren trabajando en dispositivos sociales.
Para ello realizamos una
serie de preguntas previamente formuladas por el grupo, bajo
la modalidad de una entrevista al Lic.
Sergio Galizzi, Perito Psicólogo con formación psicoanalítica, quien trabaja actualmente en la Oficina
de Violencia Doméstica (OVD)[2]que
depende de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Nuestra
idea al realizar la entrevista fue tomar
conocimiento de aspectos de trabajo sobre la temática que estamos investigando que nos permita extraer un saber práctico
y el establecimiento de una instancia de
intercambio.
Consideramos que la violencia no es un concepto propio del
psicoanálisis, implica de nuestra parte un esfuerzo de elaboración para
para incidir en relación a otros campos discursivos
orientados por la política del psicoanálisis.
2. Entrevista
E:¿Nos podrías comentar sobre el Dispositivo de la OVD?
S.G:El
dispositivo de acceso a la justicia[3],
en el que me encuentro trabajando, consiste básicamente en la realización de una entrevista que tiene el estatuto de una
denuncia, a cargo de tres profesionales con la víctima que padecen
violencia, una trabajadora Social, Psicólogo/a, y abogado/a.
Estos
profesionales tienen como objetivo: establecer a partir de escuchar
el discurso de la mujer que denuncia, si es
pertinente solicitar una medida de protección del sistema judicial.
La entrevista se establece en un tiempo acotado, dos horas aproximadamente.
El
legajo que se presenta está compuesto por un acta e informe de riesgo y si la
situación lo requiere un informe médico. La elaboración del informe de riesgo
se sustenta en la experiencia e indicadores que proceden del marco teórico
basado en la temática de violencia familiar y la formación-experiencia de los
profesionales que intervienen en la entrevista.
Lo
central de la entrevista, es por un lado, cómo hacer accesible
los recursos legales a la víctima y por otro lado tratar de
observar, y escuchar de forma atenta, los efectos de las
manifestaciones de la violencia familiar.
Comenzar
a escuchar estas situaciones, conlleva a toparnos con el horror de los fenómenos de
violencia, a través del despliegue de
su discurso mencionado
intentamos hacer una lectura
acerca de cómo incide la violencia en la subjetividad de quien
denuncia, de ser pertinente derivamos al CIM (Centro de Atención a la mujer o a
servicios de asistencia de salud mental publica).
E:¿Qué posibilidad de intervención del psicoanálisis en los momentos de
urgencia?¿Cómo pensar la posición del analista en el siglo XXI donde hay un
empuje al goce obsceno bajo la modalidad del pasaje al acto violento?
S.G: Estas preguntas considero que se relacionan
directamente, voy a intentar responderlas en forma articulada.
Una respuesta posible es
recordar que la posición del psicoanálisis, como la del analista, está orientada
por laética basada en bien
hacer y el bien decir.
Ante la urgencia, el analista escucha activamente. Durante la entrevista
con una mujer que padece violencia, trato de sostener la mirada de la entrevistada para posibilitar
el despliegue de un decir. Pensemos que estamos ante una entrevista única ante una persona sumergida en el relato de escenas
de horror, lo importante es
favorecer una intervención desde la sensibilidad, no desde la interpretación. En otros términos, no se intenta conmover inmediatamente la defensa.
Puede observarse que se
trata de un relato de horror en torno a las escenas de violencia, comoun continuoretorno de imágenes, a mi modo de ver, suele ser del orden de lotraumático.
Me parece importante a
destacar la presencia del analista que escucha desde su ética, y sensibilidad, posibilitando que la víctima deposite su malestar. La
sensibilidad esta en una mirada, un gesto, en la detención de un discurso que
maltrata produciendo, con la dimensión de los sentidos el encuentro con lo que
está aconteciendo y no absorbido por el relato del horror. Es decir comentar lo
acontecido fuera de lo que aconteció.
Una
vez que el sujeto habla hay una
temporalidad que entra en juego y eso permitiría que deje de padecer un
poco para luego comprender algunos aspectos y tramos de su historia. Incluirse en la historia de
la vida violenta hace que no sea un relato traumático sino un encuentro con
otra dimensión de la propia sensibilidad, entendida como una intervención
sostenida en la prudencia, indispensable en la posición del profesional actuante.Uno en
esa escucha encuentra en estos relatos un punto de goce que no deja deinscribirse. Sólo
la víctima se pregunta por qué padece o acepta la violencia.
E:¿Cuál es el punto del
quiebre en el “contrato sintomático” en la relación de pareja que
lleva a la denuncia de algunas mujeres? ¿Qué coyunturas
se presentan como comunes?
S.G: La mujer tiene diferentes
puertas de entrada para realizar una
denuncia. Una de las coyunturas que se sostiene y reitera a través del tiempo, es que estén en riesgo sus hijos, cuando algo del objeto amado es conmovido, puede precipitar la realización
de una denuncia. Cuando el cuerpo entra en
el registro del riesgo de vida podría ser otra posibilidad, o
cuando no padeció anteriormente actos de
violencia de cierta magnitud,y ante el primer episodio provoca la
búsqueda de una protección legal.
Por lo general uno encuentra en el relato de estas mujeres que
denuncian, una historia infantil con un
déficit de la función paterna,
en el lazo afectivo con el padre,
lo cual nos permite entender la urgencia que muchas veces tienen de querer
saber que hay un juez que pueda protegerlas, al punto de fantasear frases como:
“Yo quiero que el juez le diga que no me
puede pegar ni maltratar, que esté en el
momento de la agresión para que vea lo que me pasa”.
E:
¿Qué obstáculos se pueden ubicar para
maniobrar con el tratamiento de goce del sujeto golpeado?
S: G: El obstáculo principal esta
enlazado al desconocimiento de la problemática en su dimensión clínica y
multicausal. Es fundamental escuchar
desde un marco más amplio, donde se ponen en juego aspectos sociales, culturales, historias familiares. El obstáculo
es querer interpretar el escenario de la perversión expresado en el acto violento.
El tratamiento tiene un recorrido que va
desde el empoderamiento de la víctima a posibilitar la construcción de una responsabilidad subjetiva, que va
permitiendo que ceda en algún aspecto el
goce en juego. El encuentro con la escucha
de la mujer que denuncia acerca cómo el goce está enlazado al maltrato puede
incidir en una apertura a la subjetividad y al deseo.
E:¿Qué
lugar tiene el psicoanalista lacaniano en las instituciones?¿ quéfunción tiene
en relación a la víctima y en relación al equipo interdisciplinario?
S. G: El psicoanálisis lacanianoestá
en la formación de los profesionales que trabajan en las instituciones. Es un discurso que produce
efectos, aunque no cambie el discurso del Amo,
en éste caso se trata del Poder Judicial, basado en el discurso
jurídico. Pero solo si permite que la
intervención simbólica posibilite un encuentro
con un otro que no maltrata, ahí podemos
pensar quizás en un cambio subjetivo.
Es como dice Lacan, la intervención la podemos pensar por sus efectos. La mujer en posición de víctima puede encontrar en el que escucha una posición
diferente que aloje su singularidad. El
dispositivo funciona a pesar de la presencia de otras disciplinas. La
posibilidad de la presencia de la clínica de los efectos aparece en la
entrevista con el horror, a pesar de no tener continuidad, se puede percibir
que algo pudo modificar en esa escucha con un marco de sensibilidad.
E:
¿Por qué se escucha a la mujer que denuncia solamente y no a la pareja?
S.G: La violencia está rodeada de
un marco histórico político como es la cultura patriarcal. Algunos autores
mencionan como modelo masculino imperante. La definición de la violencia
implicaría, dos supuestos
paradigmáticos, que la mujer tiene mayor
preponderancia en ser escuchada en los tiempos actuales y no así al hombre, a quien se suele
considerar en general victimario. El
concepto de desequilibrio de poder y dominación son los ejes que se puede
observar en el vínculo entre el hombre y la mujer. Por una cuestión histórica
la mujer ha tenido una posición inferior
y esto se observa en muchos casos donde la mujer obedece sin un deseo ni consentimiento en juego, respecto de lo que un hombre impone. A su vez escuchamos
que hay una idea que el hombre que tiene
de sí mismo como un lugar natural de superioridad. Esto suele ser un obstáculo para realizar una entrevista conjunta de pareja. En
la misma entrevista, la mujer no habla, mira de reojo al hombre que opina. Esta
posición la confunde más, la imposibilita para continuar, pensar una salida de la violencia y suele sentirse culpable sobre
lo que está expresando, quedando a veces
la mujer como fabuladora, impidiéndole enfrentar al hombre violento.
E:
Desde el psicoanálisis se plantea no retroceder ante la psicosis, ¿es posible
no retroceder ante la violencia de género en la prácticainstitucional?
S.G: Es una pregunta que
implica una dimensión ética frente a la
problemática, para hacer frente a la violencia
como frente a la clínica de la
psicosis, en ese punto se conjugan. Para la violencia es importante el
intercambio y la intervención social, jurídica, de salud y varios actores que
en un trabajo en red puedan intervenir
con una dirección común.
E:
¿Qué escucha es posible para el hombre violento en la oficina de violencia
doméstica, que motivos presentan?
S.G: El hombre tiene un posición de
víctima social no de víctima respecto de su pareja, por lo general viene a
sostener o reconfirmar un semblante
dentro de la sociedad, no para resolver el conflicto con la violencia. No
suele comprometerse con lo que genera, sobre cómo genera los actos violentos. En la OVD se lo escucha
para observar que es lo que tieneque ver
con la violencia que dice padecer. Se suele posicionar como el depositario social de
la violencia que se denuncia contra él, es decir se victimiza en éstos
términos, quedándose en una relación especular que fomenta mayor violencia.
E:
¿Qué aspectos recurrentes logró ubicar en los casos de violencia de
género?
S. G: Algo estuve esbozando en
relación a la repetición. Podemos ubicar
que suele estar enlazada a la pérdida y búsqueda del amor paterno, como una forma de demandar una atención que la pareja
no suele tolerar.
Otro factor recurrente es creer que las adicciones son la causa de la violencia
del hombre, como también el mandato
cultural y familiar sobre los lugares
que hombre y la mujer en la pareja
deberían supuestamente ocupar. Algunos ejemplos
para la mujer: “yo tengo que cocinar, tengo
que atenderlo”, expresiones
ligadas al mandato social y/o familiar.
E:
La violencia de género es un síntoma social, ¿Cómo psicoanalistas se dirigen a
lo singular en las instituciones?, ¿Cómo
se interviene para articular estos aspectos enlos dispositivos? ¿Cuál sería la función
del analista para escuchar y ubicar la
incidencia subjetiva en la relación a la violencia?
S.G: La posición de la mujer puede
comenzar a modificarse a partir que puede ser escuchada en su singularidad generando una
oportunidad. El psicoanálisis lacaniano nos enseña a leer
e interpretar los efectos en la clínica
respecto a los síntomas contemporáneos.
E: Muchas gracias por la entrevista fue un intercambio fructífero
para nosotras como practicantes del psicoanálisis.
3.
Comentarios:
Nos resultó interesante acceder al
conocimiento de cómo funciona un dispositivo
estatal vigente que aborda la temática
sobre la violencia doméstica.
¿Nos preguntamos puede ser la denuncia un primer movimiento de reconocimiento e interrogación sobre el padecimiento para un
sujeto?.
Es fundamental la presencia de practicantes
del psicoanálisis en estos dispositivos para posibilitar una escucha que habilite,un lugar central a una palabra que libere al sujeto de la mortificación del cuerpo en relación al partenaire, dependerá de
la singularidad de cada caso.
Nos orienta en ese sentido, un artículo de Miquel Bassols: “Cuando alguien acude al psicoanalista pide ser reconocido en su
singularidad como un sujeto que sufre de una experiencia traumática. Es en
primer lugar una demanda de ser reconocido como tal, y muchas veces de ser
reconocido como víctima objeto de esa experiencia. Es en este punto donde el
psicoanalista opera una inflexión en el sentido que el discurso social y jurídico han dado a la
victimización generalizada para subrayar algo que, de hecho, este mismo
discurso ha introducido ya de maneras diversas sin localizarlo en su verdadera
dimensión: la responsabilidad del sujeto
ante su posición de objeto”[4]
4.
Interrogantes:
Elaboramos en segundo lugar algunos
interrogantes para seguir trabajando sobre la temática acerca de los “Cuerpos
Violentados”:
1. ¿Qué posibilidad
hay de subjetivar “el cuerpo violentado” en otros dispositivos además
del clínico?
2. Desde
el Discurso Amo, se equipara cuerpo violentado como sinónimo de víctima, desde
el Psicoanálisis de Orientación Lacaniana, ¿se trataría de una práctica
orientada hacia la desvictimización?
3. Teniendo
en cuenta que el próximo Congreso de la
AMP 2016: “El cuerpo hablante”, nos
preguntamos en los casos de violencia de género ¿se trata en está en época de
un cuerpo imaginario que se muestra en términos de actings o pasajes al acto
violento?
4. ¿Cómo
responde el psicoanalista de orientación lacaniana ante la presentación al empuje a victimizar el cuerpo de la mujer?. ¿Es un cuerpo identificado al objeto en su dimensión de residuo o un cuerpo degradado sin valor
fálico?.
5. ¿Es
el deseo del analista la brújula posible
ante la fascinación por el horror
que generan la mostración de los cuerpos
violentados?
6. En
función de la lectura de una serie de casos
actuales de violencia de género,
observamos que existe una tendencia a describir con pormenorizado detalle el cuerpo violentado
desconociendo la subjetividad en juego,
¿es una modalidad de intervención
de las instituciones públicas
para justificar la victimización en términos de urgencia y/o riesgo?
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