viernes, 19 de junio de 2009

El neonarcisismo


El neonarcisismo surge de la deserción generalizada de los valores y finalidades sociales, provocadas por el proceso de personalizacion (individuación). Abandono de los grandes sistemas de sentido e hiperinversión en el Yo.
Chr. Lasch The Culture of Narcissism, New York, 1979:
"Las relaciones humanas, públicas y privadas se han convertido en relaciones de dominio, relaciones conflictivas basadas en la seducción fria y la intimidación. Bajo la influencia del neo-feminismo, las relaciones entre el hombre y la mujer se han deteriorado considerablemente, liberadas de las reglas pacificadoras de la cortesía. La mujer, con sus exigencias sexuales y sus capacidades orgásmicas vertiginosas - los trabajos de Masters y Johnson, K. Miller, M.J.Sherfey presentan a la mujer como "insaciable"-, se convierte para el hombre en una compañera amenazadora, que intimida y genera angustia: "El espectro de la impotencia persigue la imaginación contemporanea", esta impotencia masculina, que según los últimos informes, aumenta en razón del miedo a la mujer y de su sexualidad liberada. En este contexto, el hombre alimenta un odio irrefrenable contra la mujer, como lo atestigua el trato que se da a ésta en las películas actuales con sus frecuentes escenas de violación. Simultaneamente el feminismo desarrolla, en la mujer, el odio al hombre, asimilado a un enemigo, fuente de opresión y de frustración; al tener cada vez mayores exigencias hacia el hombre que él no puede satisfacer, el odio y la recriminación se extienden en esa sexual warfare caracteristica de nuestro tiempo.


Citado y comentado por Gilles Lipovetsky, en su libro "La era del vacío", Cap III.

jueves, 18 de junio de 2009

VEL

Invitación:
Horacio Gargano dará una clase sobre "Intervenciones del analista en el campo de la violencia familiar". El día Lunes 22 de Junio, a las 13,30hs.,en la Eol y en el espacio del Seminario del Departamento de Investigación VEL. Su abordaje tendrá el sesgo particular que le da su doble condición de abogado y Lic. en Psicología.

martes, 16 de junio de 2009

El niño como objeto "a"

El siguiente texto circula via mail.




"Volvió Tinelli y volvió el mal gusto y su negocio comercial, al que no le interesa que, como en este caso, haya niños de por medio.
Mirar Showmatch es mirar una síntesis del estado ético y moral de nuestra sociedad que avala, promueve, tolera, da raiting, disfruta y justifica una exposición lamentable y degradante como la que ayer tuvo lugar por canal 13.
Me pregunto dónde están los padres de estos niños que escucharon que a sus hijos el "prestigioso jurado" les decía cosas como éstas: "bien como perreaste", "estuviste sensual", "Esa cara de seductor", "Cada vez quiero mas de uds.",etc.
Me pregunto dónde están los padres que aceptaron y firmaron un contrato donde a sus hijas se las viste y maquilla como si fueran vedettes o "LOLITAS" y que permiten que sus hijos sean sometidos a semejante presión y el contacto con adultos (Tinelli, productores, couchs, jurados, etc.) que lo único que les interesa es hacer muchos puntos de raiting y ganar dinero gracias a ellos.
Me pregunto si algún funcionario judicial no puede actuar de oficio y detener esto.
Me pregunto qué diferencia hay entre esto y aquellos otros Tinelli´s que explotan a los niños laboralmente, los llevan a las guerras, los prostituyen, etc.etc. ¿O acaso, bajo la fachada de "show televisivo", con brillos y luces es menos grave y todo vale?
Me pregunto qué mirada depravada tienen los sres.y sras. del jurado que ven "sensualidad" en niños de 8 y 9 años.
Me pregunto, ¿dónde estamos ubicados como consumidores?
¿Seguiremos tolerando y participando?
¿Seguiremos pasivamente contemplando cómo se promueven los antivalores?
¿Seguiremos mirando para otro lado, sin comprometernos en defensa de nuestras familias?
La página Web de Canal 13 no tiene un espacio de "contacto"como para mandar mails de repudio a este programa.
La página del Comfer(http://www.comfer.gov.ar/web/denuncias.php) ofrece la posibilidad de denunciar en línea o telefónicamente."

domingo, 14 de junio de 2009

Paranoia social




Silvia Ons, guiada por la lógica de la enseñanza de Lacan, despeja los resortes de la violencia actual. En su texto aparecen referencias filosóficas que dan consistencia y enriquecen el planteo.
La hipótesis que compartimos, "la violencia se monta en la paranoia social que surge como producto de la devaluación de los valores y de la incredulidad resultante de tal declinación".
La devaluación de los valores se corresponde con "El Otro que no existe ..", la irrealidad de ser solo semblante en un proceso de desmaterialización creciente de lo real, los discursos se separan de los cuerpos para proliferar deshabitados. El advenimiento del nihilismo que nombra la caída profunda, la errancia de la falta de fundamento en la que se apoyaban los sistemas especulativos y morales.
“El Otro que no existe” genera, entonces, subjetividades cínicas, no incautas, desengañadas, el Otro no es tanto el lugar donde una verdad puede emitirse, ya que lo que lo anima es un goce que provoca siempre desconfianza.
Seminario “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”, dice Lacan que, en el fondo de la propia paranoia, tan animada en apariencia por la creencia, reina el fenómeno del “Unglauben”.
El sustantivo que utiliza Freud en alemán para designar esta “incredulidad de origen” del sujeto paranoico es “unglaube”, que corresponde a la negación de “glaube”, que significa fe y creencia. Fue Freud el que introdujo este término para explicar el mecanismo de la proyección, que es típico en esta afección.
La proyección implica no fiarse del inconsciente, rechazarlo, mantener lo que emerge de su fuente, lejos del yo. Es interesante que Freud evoque en este mecanismo una posición subjetiva que desautoriza una creencia, diciéndonos con esto que las formaciones del inconsciente suponen una creencia para ser reconocidas, caso contrario es arrojado “al mundo exterior el sumario de la causa que la representación establece”. Tanto Freud como Lacan nos indican que el paranoico no cree en algo diferente a su yo, ya que –en término lacanianos– para que exista creencia es preciso que también exista división subjetiva, es decir, que el yo admita un orden que lo traspasa. Entonces podemos pensar que la incredulidad contemporánea es paralela a la égida del yo como punto de referencia de los acontecimientos. No hay creencia, sino certeza relativa a la malignidad de los otros, Lacan nos enseña que cuanto más declina la primera, con más fuerza se instaura la segunda. Si en su obra definiría para la paranoia al goce identificado al Otro ¿ello mismo no revela que cuando no se cree, lo que anima el vínculo es la certeza relativa al goce del Otro? Así, la incredulidad posmoderna, puede darse la mano con el fundamentalismo más extremo, como aquel donde anida la violencia.