miércoles, 25 de noviembre de 2015

Aporte y propuesta de Patricia Gorocito para la investigación del VEL, en 2016.

VIOLENCIAS SITUADAS

En el siglo XVII;  Baruch Spinoza en su Ética, afirmaba: “…nadie, hasta ahora, ha determinado lo que puede un cuerpo.”
En consonancia con esta cita, me propongo abordar, desde el psicoanálisis lo que puede un cuerpo hoy en el siglo XXI.
Como psicoanalistas sabemos que todos los acontecimientos se registran en el cuerpo; para bien y para mal, tenemos marcas, cicatrices, algunas, muy profundas, inolvidables y otras en la superficie. ¿Pero qué es la superficie o la profundidad? Me pregunto a partir de la topología del último Lacan. La superficie de la piel puede ser también lo más profundo.
Hay marcas bellas que deja el amor o la ternura y marcas terribles que deja el odio. Puede ser la autoflagelación o la que inflige el otro y también el Otro. Porque es cierto que hay un Otro social que violenta los cuerpos a veces muy ferozmente como en las guerras, los atentados, los accidentes, etc. También la violencia feroz del sistema capitalista que mata con permiso a través del control de los cuerpos, no ya de modo disciplinario como en la modernidad sino con sus fabulosos gadget para algunos,  para otros el trabajo esclavo, la trata de personas para muchas y la pobreza extrema para la mayoría. Pienso que en la medida que el hombre y la mujer avanzan se abren paso con violencia. El discurso neoliberal aliado con la ciencia no puede ser más violento en nuestros días. Y no cabe duda de que el terror de los atentados registrados desde la más absoluta alteridad, como es la del Estado Islámico profundiza esa escalada de violencia. ¿Lo peor está por venir? Sólo una pregunta, que no tiene el objetivo de ser sólo una fórmula retórica, sino más bien una interpelación abierta.
En tanto que nuestras democracias son débiles y el mundo está dominado por grupos económicos poderosos como son las industria de los medicamentos y de las armas; la tecnología de punta y muchas otros dispositivos que las mentes más prodigiosas inventan para el supuesto progreso de la humanidad, probablemente seremos pequeños burócratas, agentes, clientes, consumidores fieles del nuevo amo o ciudadanos poniendo el cuerpo por la paz.
Apunto como psicoanalista a investigar las marcas que tienen nuestros cuerpos a veces condenados a vivir como consumidores antes que cómo ciudadanos. También me interesa reflexionar sobre el modo en que los sujetos que se someten al avasallamiento de la medicalización de los cuerpos y/o al sometimiento a los ideales del Bien que hoy imperan entre los controles postpanópticos.
No pienso que la violencia sea una novedad, la historia del mundo está atravesada por la violencia. Robert Muchembled señala que desde el siglo XIII en Europa Occidental la violencia disminuye, sucede que la iglesia, el ejército y la escuela empiezan a controlarla. Su estudio expone detalladamente que las formas de la violencia se transforman históricamente. De otra manera no se entiende porque la Organización Mundial de la Salud considera como uno de los mayores problemas para la salud mental contemporánea  las formas de la intimidación que hoy conocemos como mobbing (en el trabajo), bullyng (en la escuela), violencia familiar y violencia cotidiana.
Otro interrogante que considero relevante puede plantearse en estos términos: en la época del Otro que no existe cómo hace hoy el sistema para fiscalizar la violencia ya que la institución escolar, militar o religiosa no tienen el mismo lugar que antaño.
La pulsión de muerte está desbocada, las riendas se soltaron y esta época enfrenta un nuevo desafío. No vivimos en sociedades disciplinarias pero sí estamos todos controlados.
Hay una alteridad a este sistema que se enfrenta de una manera despiadada frente a la violencia occidental de imponer el todos somos iguales. Frente a una hipocresía despiadada, entonces, se impone el horror de los otros.
Los estados débiles, las instituciones líquidas, el amor que no puede sostenerse frente a un goce mortífero de un amo perverso que sólo quiere gozar y fulmina la falta y con ello el deseo con sustancias, objetos y acciones que impiden un encuentro amoroso. Sólo pasión de lo Uno. Como diría Jacques Lacan ascenso al cenit social del objeto a.

                                                        Patricia Gorocito

 Bibliografía:

Freud  Sigmund – Más allá del principio del placer  - Ed. Lopez Ballesteros – Biblioteca Nueva    -  1920
                                   
                                 El malestar en la cultura – Ed. Lopez Ballesteros – Biblioteca Nueva  -       1929
                                 El porvenir de una ilusión – Ed. Lopez Ballesteros – Biblioteca Nueva  -      1927
                                 El yo y el ello – Ed. Lopez Ballesteros – Biblioteca Nueva -  1923
                                 Los instintos y sus destinos – Ed. Lopez Ballesteros – Biblioteca Nueva -  1915
                                 Psicología de las masas y análisis del yo – Ed. Lopez Ballesteros – Biblioteca Nueva -       1921
                                 Pegar a un niño – Ed. Lopez Ballesteros – Biblioteca Nueva -  1919
Lacan Jacques    -      El seminario 7 La Ética   Ed. Paidós -                                  1960
Miller Jacques Alain  -   El Otro que no existe y sus comités de ética – Ed. Paidós
1996 -1997
Forbes Jorge – Da palabra ao gesto do analista – 2ª edicao – 2015 -

Byung-Chul Han  -   La agonía del Eros -   Ed. Herder   2012                             
                                   La sociedad de la transparencia Ed. Herder 2012
                                   Psicopolítica  Ed. Herder 2015
                                   El aroma del tiempo Ed- Herder 2015
Le Breton David -       Antropología del cuerpo y modernidad – Nueva Visión – 2010 –
Baudrillard Jean –    La ilusión vital – Editorial Siglo XXI-2002 

Seminario 2016 del VEL

Cuerpos violentados.

La violencia de género, conducida por una política de género que reclama condena y castigo, hace perder de vista lo que es evidente en cualquiera de sus fenómenos: la violencia de género es una de las formas contemporáneas de la aparición del goce.
Estas formas, exceden al género y a toda encerrona dialéctica entre víctima y victimario. Alcanza a los cuerpos. Los cortes en el cuerpo, los asesinatos, los suicidios, los femicidios, las violaciones, por mencionar algunos, son formas en las que se violentan los cuerpos cuando la palabra y su función no alcanzan.
Las rebeldías modernas contra las normas que intentan determinar el sexo, el género y las maneras de obtener placer son manifiestos modernos sobre el goce. Los cuerpos violentados por los productos de la ciencia mediante objetos, hormonas y sustancias hacen de éstos, cuerpos impuros, cuerpos frontera, cuerpos post anatómicos, cuerpos abyectos, cuerpos post - queer, micro sexos.
Asistimos a la variada exhibición moderna de la frase de Lacan: “El parletre adora su cuerpo”, aún cuando es objeto de violencia. Proponemos investigar la política de los cuerpos violentados en su diversidad y el Un-cuerpo.

Bibliografía:
Lacan J.: Seminario X “La angustia”.
Lacan J.: Seminario XX “Aun”.
Miller J.-A.: “El ultimísimo Lacan”.
Miller J.-A.: “El inconsciente y el cuerpo hablante”.
Laurent, E.: “Cuerpos que buscan escritura”.
Preciado, B.: “Texto Yonqui”.
Foucault, M.: “Vigilar y castigar”.

Duración anual. Frecuencia quincenal. Segundo y cuarto lunes de 13.30 a 15 horas.



domingo, 22 de noviembre de 2015

Entrevista a Sergio Galizzi quien trabaja en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) que depende de la Corte Suprema de Justicia de la Nación

Cuerpos Violentados

Marcela Gutman,  Cecilia Salvetti,  Zulema Buendía.


1.       Aportes
Como asistentes al  Seminario “Lazos sexuales en el siglo XXI: la violencia de género y el femicidio” durante el año 2015,  nos interesó investigar la problemática propuesta por los responsables del Departamento de Investigación VEL,  “Cuerpos violentados”,  para realizar aportes en función de la Jornada del ICdeBA,  en marzo del año 2016.
En “Radio Lacan”, Jorge Chamorro,  uno de los responsables del Observatorio 1 de la FAPOL menciona en el audio:“La violencia y las mujeres en Latinoamérica”[1], la propuesta de ampliar la investigación sobre la  violencia contra las mujeres,  con los “aportes  de orden práctico” de especialistas en el área que se encuentren trabajando en  dispositivos sociales.
Para ello realizamos una serie de preguntas previamente formuladas por el grupo,   bajo la modalidad de  una entrevista al Lic. Sergio Galizzi, Perito Psicólogo con formación psicoanalítica,  quien trabaja actualmente  en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD)[2]que depende de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
            Nuestra idea al realizar la entrevista fue  tomar conocimiento de aspectos de trabajo sobre  la temática que estamos investigando  que nos permita extraer un saber práctico y  el establecimiento de una instancia de intercambio.
Consideramos que  la violencia no es un concepto propio del psicoanálisis, implica de nuestra parte un esfuerzo de elaboración para para  incidir  en relación a otros campos discursivos orientados por la política del psicoanálisis.
2.       Entrevista
E:¿Nos podrías comentar sobre el Dispositivo de la OVD?
S.G:El dispositivo de acceso a la justicia[3],  en el que me encuentro trabajando,  consiste básicamente en la realización de  una entrevista que tiene el estatuto de una denuncia, a cargo de  tres profesionales con la víctima que padecen violencia, una  trabajadora Social,  Psicólogo/a, y  abogado/a.
Estos profesionales tienen  como objetivo: establecer a partir de escuchar  el  discurso de la mujer que denuncia,  si es pertinente solicitar  una medida de protección  del sistema judicial. La entrevista se establece en un tiempo acotado, dos horas aproximadamente.
           El legajo que se presenta está compuesto por un acta e informe de riesgo y si la situación lo requiere un informe médico. La elaboración del informe de riesgo se sustenta en la experiencia e indicadores que proceden del marco teórico basado en la temática de violencia familiar y la formación-experiencia de los profesionales que intervienen en la entrevista.  
Lo central de la entrevista, es por un lado, cómo hacer  accesible los recursos legales a la víctima y por otro lado tratar de  observar, y escuchar de forma atenta,  los efectos de las manifestaciones de la violencia familiar.
Comenzar a escuchar estas situaciones,  conlleva a  toparnos con el horror de los fenómenos de violencia,   a través del despliegue de  su discurso  mencionado  intentamos  hacer una lectura acerca de  cómo  incide la violencia en la subjetividad de quien denuncia, de ser pertinente derivamos al CIM (Centro de Atención a la mujer o a servicios de asistencia de salud mental publica).
E:¿Qué posibilidad de intervención del psicoanálisis en los momentos de urgencia?¿Cómo pensar la posición del analista en el siglo XXI donde hay un empuje al goce obsceno bajo la modalidad del  pasaje al acto violento?
S.G: Estas preguntas considero que se relacionan directamente, voy a intentar responderlas en forma articulada.
Una respuesta posible es recordar que la posición del psicoanálisis,  como la del analista, está  orientada  por laética basada en bien hacer y el bien decir.
Ante la urgencia,  el analista escucha activamente. Durante la entrevista con una mujer que padece violencia, trato  de sostener  la mirada de la entrevistada para posibilitar el despliegue de un decir. Pensemos que estamos ante  una entrevista única  ante una persona sumergida en el relato de  escenas  de horror, lo importante es  favorecer una intervención desde la sensibilidad,  no desde la interpretación. En  otros términos, no se  intenta conmover inmediatamente la defensa.
Puede observarse que se trata de un relato de  horror  en torno a las  escenas de violencia,   comoun continuoretorno de  imágenes, a mi modo de ver,  suele ser  del orden de lotraumático.
Me parece importante a destacar la presencia del analista que escucha desde su ética, y sensibilidad,  posibilitando  que la víctima deposite su malestar. La sensibilidad esta en una mirada, un gesto, en la detención de un discurso que maltrata produciendo, con la dimensión de los sentidos el encuentro con lo que está aconteciendo y no absorbido por el relato del horror. Es decir comentar lo acontecido fuera de lo que aconteció.
Una vez que el sujeto habla hay una temporalidad que entra en juego y eso permitiría que deje de padecer un poco para luego comprender algunos aspectos y tramos  de su historia. Incluirse en la historia de la vida violenta hace que no sea un relato traumático sino un encuentro con otra dimensión de la propia  sensibilidad, entendida como una intervención sostenida en la  prudencia,  indispensable en  la posición del profesional actuante.Uno en esa escucha  encuentra en estos relatos  un punto de goce que no deja deinscribirse. Sólo la víctima se pregunta por qué padece o acepta la violencia.

      E:¿Cuál  es el punto del quiebre en el “contrato sintomático” en la relación de pareja que  lleva  a la  denuncia de algunas mujeres? ¿Qué coyunturas se presentan como comunes?
S.G: La mujer tiene diferentes puertas de entrada  para realizar una denuncia. Una de las coyunturas  que  se sostiene y reitera a través del tiempo,  es que estén en riesgo sus hijos,  cuando algo del objeto amado es conmovido,  puede precipitar  la  realización de  una denuncia. Cuando el cuerpo entra en  el registro del  riesgo de vida podría ser otra posibilidad, o cuando no padeció anteriormente  actos de violencia de cierta magnitud,y ante el primer episodio provoca  la  búsqueda  de una protección legal.
Por lo general uno  encuentra en el relato de estas mujeres que denuncian, una  historia infantil  con  un déficit  de la función  paterna,  en el lazo afectivo con el padre,  lo cual  nos permite entender  la urgencia que muchas veces tienen de querer saber que hay un juez que pueda protegerlas, al punto de fantasear frases como: “Yo quiero que el juez le diga que no me puede pegar ni  maltratar, que esté en el momento de la agresión para que vea lo que me pasa”.
E: ¿Qué obstáculos se pueden ubicar  para maniobrar con el tratamiento de goce del sujeto golpeado?
S: G: El obstáculo principal esta enlazado al desconocimiento de la problemática en su dimensión  clínica y  multicausal.  Es fundamental escuchar desde un marco más amplio,  donde  se ponen en juego aspectos sociales,  culturales, historias familiares. El obstáculo es querer interpretar el escenario de la perversión expresado en el acto violento.  El tratamiento tiene un recorrido que va desde el empoderamiento de la víctima a posibilitar  la construcción de  una responsabilidad subjetiva, que va permitiendo que ceda  en algún aspecto el goce en juego.  El encuentro con la escucha de la mujer que denuncia acerca cómo el goce está enlazado al maltrato puede incidir en una apertura a la   subjetividad y al deseo.
E:¿Qué lugar tiene el psicoanalista lacaniano en las instituciones?¿ quéfunción tiene en relación a la víctima y en relación al equipo interdisciplinario?
S. G: El psicoanálisis lacanianoestá en la formación de los  profesionales  que trabajan en  las instituciones. Es un discurso que produce efectos,  aunque no cambie el discurso del  Amo,  en éste caso se trata del Poder Judicial, basado en el discurso jurídico.  Pero solo si permite que la intervención  simbólica posibilite un encuentro con un  otro que no maltrata, ahí podemos pensar  quizás en un cambio subjetivo.
 Es como dice Lacan,  la intervención  la podemos pensar por  sus efectos. La mujer en posición de víctima  puede  encontrar en el que escucha una posición diferente que aloje  su singularidad. El dispositivo funciona a pesar de la presencia de otras disciplinas. La posibilidad de la presencia de la clínica de los efectos aparece en la entrevista con el horror, a pesar de no tener continuidad, se puede percibir que algo pudo modificar en esa escucha con un marco de sensibilidad.
E: ¿Por qué se escucha a la mujer que denuncia solamente y no a la pareja?
S.G: La violencia está rodeada de un marco histórico político como es la cultura patriarcal. Algunos autores mencionan como modelo masculino imperante. La definición de la violencia implicaría,  dos supuestos paradigmáticos,  que la mujer tiene mayor preponderancia en ser escuchada en los tiempos actuales  y no así al hombre, a quien se suele considerar  en general victimario. El concepto de desequilibrio de poder y dominación son los ejes que se puede observar en el vínculo entre el hombre y la mujer. Por una cuestión histórica la  mujer ha tenido una posición inferior y esto se observa en muchos casos donde la mujer obedece sin un  deseo ni consentimiento en juego,  respecto de  lo que un hombre impone. A su vez escuchamos que hay una idea que  el hombre que tiene de sí mismo como un lugar natural de superioridad. Esto  suele ser un obstáculo  para  realizar una entrevista conjunta de pareja. En la misma entrevista, la mujer no habla, mira de reojo al hombre que opina. Esta posición la confunde más, la imposibilita para continuar, pensar una  salida de  la violencia y suele sentirse culpable sobre lo que está expresando, quedando  a veces  la mujer como fabuladora,  impidiéndole  enfrentar al hombre violento.
E: Desde el psicoanálisis se plantea no retroceder ante la psicosis, ¿es posible no retroceder ante la violencia de género  en la prácticainstitucional?
S.G: Es una pregunta que implica  una dimensión ética frente a la problemática, para hacer frente a la violencia  como frente a la clínica de  la  psicosis, en ese punto se conjugan. Para la violencia es importante el intercambio y la intervención social, jurídica, de salud y varios actores que en un trabajo en  red puedan intervenir con una dirección común.
E: ¿Qué escucha es posible para el hombre violento en la oficina de violencia doméstica, que motivos presentan?
S.G: El hombre tiene un posición de víctima social no de víctima respecto de su pareja, por lo general viene a sostener o reconfirmar  un semblante dentro de la sociedad,  no para  resolver el conflicto con la violencia. No suele comprometerse con lo que genera,  sobre cómo genera  los actos violentos. En la OVD se lo escucha para observar que es lo que  tieneque ver con la violencia que dice padecer. Se  suele posicionar como el depositario social de la violencia que se denuncia contra él, es decir se victimiza en éstos términos, quedándose en una relación especular que fomenta mayor violencia.
E: ¿Qué  aspectos recurrentes  logró ubicar en los casos de violencia de género?
S. G: Algo estuve esbozando en relación a la repetición. Podemos ubicar  que suele estar enlazada a la pérdida y búsqueda del  amor paterno, como una  forma de demandar una atención que la pareja no suele tolerar.
 Otro factor recurrente es creer que  las adicciones son la causa de la violencia del hombre, como también el  mandato cultural y familiar sobre los  lugares que  hombre y la mujer en la pareja deberían supuestamente ocupar.  Algunos ejemplos para la mujer: “yo tengo que cocinar, tengo que atenderlo”,  expresiones ligadas  al mandato social y/o familiar.
E: La violencia de género es un síntoma social, ¿Cómo psicoanalistas se dirigen a lo singular en las instituciones?,  ¿Cómo se interviene para articular estos aspectos enlos dispositivos? ¿Cuál sería la función del analista para escuchar  y ubicar la incidencia subjetiva en la relación a la violencia?
S.G: La posición de la mujer puede comenzar a modificarse a partir que puede ser  escuchada en su singularidad generando una oportunidad. El psicoanálisis lacaniano nos enseña a leer e interpretar los efectos en  la clínica respecto a  los síntomas contemporáneos.
E: Muchas gracias por  la entrevista fue un intercambio fructífero para nosotras como practicantes del psicoanálisis.
3.       Comentarios:
Nos resultó interesante acceder al conocimiento  de cómo funciona un dispositivo estatal vigente que aborda  la temática sobre la violencia doméstica.
¿Nos preguntamos puede ser  la denuncia un primer movimiento  de reconocimiento e  interrogación sobre el padecimiento para un sujeto?.
 Es fundamental la presencia de practicantes del psicoanálisis en estos dispositivos para posibilitar una  escucha que habilite,un lugar central  a una  palabra  que libere al sujeto de la mortificación del  cuerpo en relación al partenaire, dependerá de la singularidad de cada caso.
Nos orienta en ese sentido,  un artículo de  Miquel Bassols: “Cuando alguien acude al psicoanalista pide ser reconocido en su singularidad como un sujeto que sufre de una experiencia traumática. Es en primer lugar una demanda de ser reconocido como tal, y muchas veces de ser reconocido como víctima objeto de esa experiencia. Es en este punto donde el psicoanalista opera una inflexión en el sentido que el  discurso social y jurídico han dado a la victimización generalizada para subrayar algo que, de hecho, este mismo discurso ha introducido ya de maneras diversas sin localizarlo en su verdadera dimensión: la responsabilidad del sujeto ante su posición de objeto”[4]



4.       Interrogantes:
Elaboramos en segundo lugar algunos interrogantes para seguir  trabajando  sobre  la temática acerca de los  “Cuerpos Violentados”:
1.      ¿Qué  posibilidad  hay de subjetivar “el cuerpo violentado” en otros dispositivos además del clínico?
2.      Desde el Discurso Amo, se equipara cuerpo violentado como sinónimo de víctima, desde el Psicoanálisis de Orientación Lacaniana, ¿se trataría de una práctica orientada  hacia  la desvictimización?
3.      Teniendo en cuenta  que el próximo Congreso de la AMP 2016: “El cuerpo hablante”, nos preguntamos en los casos de violencia de género ¿se trata en está en época de un cuerpo imaginario que se muestra en términos de actings o pasajes al acto violento?
4.      ¿Cómo responde el psicoanalista de orientación lacaniana ante la presentación  al empuje a victimizar  el cuerpo de la mujer?. ¿Es un cuerpo  identificado al objeto en su dimensión de  residuo o un cuerpo degradado sin valor fálico?.
5.      ¿Es el deseo del analista la brújula posible  ante  la fascinación por el horror  que generan la mostración de los cuerpos violentados?
6.      En función de la  lectura de una serie de casos actuales  de violencia de género, observamos que   existe  una tendencia a describir con  pormenorizado detalle el cuerpo violentado desconociendo la subjetividad en juego,  ¿es una modalidad de intervención  de las instituciones públicas  para justificar la victimización en términos de urgencia y/o riesgo?





[1]Link radio Lacan entrevista a Jorge Chamorro: http://www.radiolacan.com/es/topic/675/3
[2]La OVD funciona en la calle Lavalle 1250 PB CABA, teléfono 4213-4510/4514
[3]Link  sobre el dispositivo de la OVD:  https://www.youtube.com/watch?v=2CFbCFrv-so
[4]BassolsMiquel: “Victimología”,  artículo publicado en el Blog del Congreso de Pipol 7, “¡Víctima!”, julio 2015.

domingo, 19 de julio de 2015

Lo trans y lo psicoanalítico. Algunas notas para un estudio psicoanalítco de las singularidades sexuales. Lic. Luisina Giusto

Trabajo presentado en la última Jornada del Vel : " Machismo-feminismo, el género en cuestión"

En este breve escrito me propongo presentar algunas notas para una aproximación a lo trans que pueda ser sostenida psicoanalíticamente. Parto de la siguiente pregunta: ¿Como podría posicionarse un psicoanálisis de orientación lacaniana frente a las llamadas diversidades sexuales? Si no se trata de dar una respuesta acabada, vale la pregunta para apuntar algunas notas.
Acordaríamos rápidamente en que una posición psicoanalítica es aquella que pueda “acoger todo como si nada estuviera por otra parte establecido.” (LACAN, 1973 p.10). Se sostendría así partiendo de la posibilidad de renunciar a reconocer en lo nuevo, lo preconcebido. De suspender el “para todos” poniendo en su lugar la posibilidad del uno por uno. Es desde este principio metodológico, ético y clínico desde el cual el psicoanálisis pueda tal vez contribuir al estudio de estos nuevos modos de gozar de un cuerpo.
En este sentido, tomo lo advertido por Néstor Yellati (2013) en su artículo “Transexuales” cuando propone suspender el diagnóstico de psicosis a todo/a transexual y subraya la importancia para un psicoanalista de reconocer sus prejuicios. En este sentido afirma que la contratransferencia que “suscita la demanda de transformación del cuerpo puede ser causada por un prejuicio actual” y agrega, “que el diagnóstico, esa herramienta magnífica, puede en ocasiones estar al servicio de ese mismo prejuicio.”
Si el diagnóstico deja de ser una cuestión (questiao – pregunta) preliminar y pasa a ser un dato de inicio, no sólo es desechada la enseñanza de Lacan para todo tratamiento posible, sino también la ruptura epistemológica que está en el origen mismo del psicoanálisis. Esto es, si para inventar el inconsciente fue necesario que Freud afrentara a la humanidad toda dando por tierra la supremacía de la lógica racional (FREUD, 1917), instrumentar las herramientas diagnósticas como modo de objetivación sería, por lo menos, un acto anti-psicoanalítico en la medida en que se pondría en juego la pretensión de objetividad de la ciencia positiva en el sentido de volver universalmente reproducible y comunicable la experiencia de quien conoce. 
En la práctica psicoanalítica, por el contrario, se habilita la posibilidad de encuentro con la singularidad que necesariamente ha de darse en relación a la suspensión del saber. Para citar a Lacan, lo que el analista debe saber es justamente, ignorar lo que sabe (LACAN, J., 2005). Sólo en esta suspensión del saber podrá hacerse lugar a lo inesperado, a lo que por fuerza no puede saberse de antemano ni puede objetivarse con categoría alguna.
Pues bien, suspendido entonces el saber, ¿de dónde partimos? “Partimos de lo que nos brinda el discurso analítico, a saber, el inconsciente” (LACAN, 2006). Esta anotación de la que puede decirse que es obvia, acredita su importancia en relación a la nueva Ley de Identidad de Género que, como corresponde al discurso jurídico se dirige y toma por objeto al sujeto de conciencia. En este sentido resulta interesante lo planteado por Silvia Tendlarz quien reconociendo el avance legal que “aloja aquello que se presenta como diferente, lo destierra de la marginalidad y otorga nuevas libertades” (TENDLARZ, 2015) agrega, aun… que el goce involucrado en la sexuación no puede, por definición, ser del todo absorbido por ninguna ley. A poco de andar de dicha ley incluso, algunos/as trans han manifestado que optar por femenino o masculino no es suficiente, proponiendo la posibilidad de que lo trans aparezca como alternativa en los documentos de identidad (FERNÁNDEZ, 2015).
Respecto de la identidad y del género, como lo señala Mónica Torres (2013), no se trata ya de conceptos psicoanalíticos, lo que el psicoanálisis aporta es el concepto de sexuación. En este punto, si se persiste en el desafío de abordar estas cuestiones desde el psicoanálisis no debería perderse de vista la dimensión de la sexuación como ha sido formulada por Lacan en tanto no hay proporción. Sostener el principio por el que no hay más bricolage que el que cada sujeto se inventa (ANSERMET, 2014) habilita una apertura donde lo trans pueda ser alojado en un abordaje psicoanalítico, a condición que éste no se proponga como garante de un orden moral (FAJNWAKS, 2013).
A modo de cierre, estas breves notas que prometían no dar respuesta, abren a cambio varias preguntas. Hasta aquí dejo entonces apuntado, para un estudio psicoanalítico de las singularidades sexuales:
Suspender el diagnóstico de psicosis a todo/a transexual ¿Qué prejuicios actuales es necesario revisar en el análisis de lo contratransferencial suscitado frente a lo trans?
Sostener un abordaje no patologizante que ponga en valor la dimensión inconsciente de la sexuación que por fuerza excede cualquier intento de captura simbólica… ¿Es posible pensar lo trans sin maldecirlo?
Mantener la actitud psicoanalítica que habilita la posibilidad de encuentro con la singularidad. ¿Podría pensarse lo trans como singularidad sexual?
Partir del inconsciente. ¿Qué puede aportar el psicoanálisis a la problemática de la identidad? ¿Es posible una apertura de la disciplina que permita abordar estos temas?
Interrogar las fórmulas de la sexuación a fin de no traicionar la posición psicoanalítica de no ofrecerse como garante de un orden moral.   
Partir de lo que conmueve, desacomoda, perturba, desquicia (FERNÁNDEZ, PERES, 2013). ¿Puede ser conmovida la estructura teórica para pensar lo trans? Si “el psicoanálisis fue llevado a abordar lo que fue la modernidad (…) que está cambiando a ojos vistas” (MILLER, 2013, p. 24) pensar aquí propone el desafío de descubrir nuevos modos posibles de vivir (DELEUZE, 1993). Es de esperar que un psicoanálisis de orientación lacaniana pueda recoger el guante.

Referencias.
- Ansermet, F. (2014) “Elegir el propio sexo: Usos contemporáneos de la diferencia sexual” en Revista Virtualia, N° 29, http://virtualia.eol.org.ar
- Deleuze, G. (1993) Nietzche y la filosofía, Barcelona, Anagrama.
- Fajnwaks, F. (2013) “Leyes trasgénreo y teorías queer: ¿el fin de la castración?” en Torres, M. Schnitzer, G., Antuña, A. y Peidro, S. (comps.), Transformaciones. Ley, diversidad, sexuación, Grama, Buenos Aires.
-Fernández, A. M. (2015) "Amores diversos: saberes, poderes y placeres" en Gonzalvez, H. (comp) Familias, cuidados y migración, Santiago de chile,  Editorial de la Universidad Alberto Hurtado.
- Fernández, A. M. y Péres, W. (edit) (2013) La diferencia desquiciada. Géneros y diversidades sexuales, Buenos Aires, Biblos.
- Freud, S. (1917) “Una dificultad del psicoanálisis” en Obras completas, Vol. XVII, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1989.
- Lacan (1973) “Introducción a la edición alemana de un primer volumen de los escritos” Traducción de Rodríguez Ponte, R. 18-04-2010.
(2005) “Variantes de la cura-tipo” en Escritos 1, Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina.
(2006): El seminario de Jacques Lacan, libro 20 “Aun”, Buenos Aires, Paidós.
-  Miller, J (2013) Piezas sueltas, Buenos Aires, Paidós
- Tendlarz, S. E. (2015): “Trans en Argentina. La ley de identidad de género. Crónicas porteñas” en Lacan Cotidiano, N° 392 recuperado el 05-05-2015 de: http://www.eol.org.ar/la_escuela/Destacados/Lacan-Quotidien/LC-cero-392.pdf
- Torres, M. (2013) “Singularidades” en Torres, M. Schnitzer, G., Antuña, A. y Peidro, S. (comps.), Transformaciones. Ley, diversidad, sexuación, Grama, Buenos Aires.

- Yellati, N. (2013) “Transexualismo” texto presentado en el VI Encuentro Americano de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana. Buenos Aires, noviembre de 2013. 

Multitudes queer. Notas para una política de los "anormales"* BeatrizPreciado

"No es casualidad que en los años 80, en el debate que oponía a las feministas "constructivistas" y las feministas "esencialistas", la noción de "género" va a convertirse en la herramienta teórica fundamental para conceptualizar la construcción social, la fabricación histórica y cultural de la diferencia sexual, frente a la reivindicación de la "feminidad" como sustrato natural, como forma de verdad ontológica."

http://www.revistas.unc.edu.ar/index.php/NOMBRES/article/view/2338/1275

Transexualismo Néstor Yellati


"Por otra parte, quizás en tiempos de Freud el delirio era la única forma en que la posición transexual podía ser dicha, su núcleo de verdad, de la misma manera que las conversiones eran la única manera en que las histéricas podían hablar de sus fantasías sexuales.
El psicoanálisis, al dejarlas hablar, al interpretar el mensaje inconsciente, silenció sus cuerpos. ¿Por qué no pensar que el enunciado transexual no sólo no es psicótico sino que por el contrario evita la construcción delirante?
Por otra parte, la ciencia y sus derivaciones técnicas en la medida que responde a la demanda de transformación ¿no evitaría el desencadenamiento psicótico en lugar de producirlo?
Sólo una abundante casuística, más que una elucubración teórica, permitirá dirimir la cuestión."

http://www.enapol.com/es/template.php?file=Textos/Transexualismo_Nestor-Yellati.html

Elegir el propio sexo: Usos contemporáneos de la diferencia sexual. Francois Ansermet


"Encontrarse frente a la demanda de un paciente que quiere cambiar de sexo puede dejar perplejo al clínico. Tanto más perplejo en la medida en que hoy resulta cada vez más posible intervenir directamente sobre la naturaleza. La demanda transexual se encuentra así con el “deseo de introducir un cambio en lo real actuando sobre la naturaleza, haciéndola obedecer, movilizándola y utilizando potenciándola”. [15] Como quiera que sea, no se puede someter lo formulado por el paciente a los ideales estandarizados del sexo. No se puede decir en su lugar qué es lo que está bien para un sujeto. Es posible, en cambio, ayudarlo para que ponga sus elecciones a prueba de aquello que, tal vez, se juegue en ellas sin que él lo sepa, introducir un cuestionamiento allí donde la certeza ocupa todo el lugar, descubrir con él los aspectos desconocidos de su determinación, de su creencia en esa identidad que quiere alcanzar, en reemplazo de aquélla que el destino anatómico le asignó."

http://virtualia.eol.org.ar/029/Lo-femenino-y-la-sexualidad/PDF/Elegir-el-propio-sexo.pdf

miércoles, 3 de junio de 2015

Comentarios realizados por la coordinadora de la mesa "Ficciones de la época"



                                                                María Elisa Banzato

Ficciones de la época, es el nombre de esta mesa, que reúne tres trabajos bajo dos articuladores: la ficción y la época.
Podemos advertir que la ficción remite a múltiples sentidos; ante todo, el fingir, pero también, el simular, el aparentar, e incluso, el inventar.
Simulación, apariencia, imitación e invención son rasgos que encontramos en estos tres trabajos. Espejos de una época que hoy se quiebran y fragmentan.
De la época, toman, los tres trabajos, un magnífico recurso ficcional, la ficción cinematográfica.
Tres trabajos que nos muestran el estallido de algunas ficciones de la época, o mejor, ficciones que nos atravesaban en el siglo anterior.

Una versión de estas ficciones es la de “Los muchachos no lloran”. Una película que es una ficción de un suceso real. Que, a su vez, en su título mismo, muestra una ficción del siglo anterior, que “los hombres no deben llorar”.
Es la trama de la gran simulación que debe montar Brandon, un joven transexual, a fin de vivir acorde a estas ficciones de la época: más allá de una forma de vestir o de comportarse, los hombres son fuertes, no son cobardes, no pueden llorar.
Como Gabriela Triveño señala, el psicoanálisis ha destacado que el inconsciente no se rige por el dato biológico. Sin embargo, este joven es violado y asesinado al descubrir, sus agresores, que biológicamente era mujer.
Cuando la ficción se quiebra – cuando el semblante falla, dice Gabriela – irrumpe lo real, bajo su dimensión de violencia.
Violencia que introduce la cuestión de la segregación, como rechazo al goce del Otro, ajeno y odiado. Una violencia segregativa de la diferencia.

Otra versión de las ficciones de la época es que “los niños no mienten”.  Esta vez, la película “La caza” nos muestra uno de los excesos de la época – el abuso del abuso.
Como Ricardo Vila señala, también están delimitados los lugares ficcionales, ya asignados para hombres y mujeres, como lugares de oposición: armas versus hijos.
Podría pensarse  que “el excesivo aguante” del protagonista, constituye una falla del semblante, que hace de Lucas, el personaje, “la presa perfecta para ser cazado”.
Que “los niños, a veces, mienten” – como dice Marcus en la  película – produce la falla de esa ficción, desencadenando la irrupción de la violencia.
La película nos muestra el desarrollo de la violencia segregativa, donde Lucas es rechazado y excluido, golpeado y hasta intentado cazar, asesinar.
Cazado al modo del Homo sacer, del que da cuenta Giorgio Agamben, pues parece que no hay delito en flagelar el cuerpo de Lucas.

El tercer caso nos muestra la vía de una invención delirante, que Mónica toma de otra película – “Transformer”.
Nos muestra la falla de otra ficción: la de los vestidos. “Los hombres se visten de hombres; las mujeres, de mujeres.” “Hay cosas de hombres y cosas de mujeres”. Ficción que comienza a quebrarse allá por los ’70, con la ‘moda unisex’.
En Mónica se produce un estallido de esa ficción cuando se encuentra metida en ese “vestido al cuerpo y tacos”. La “parte de mujer” que la hacía “sentir travesti”.
Menos perturbadora es la apariencia de ‘rockero’, aunque lo que no la dejaba en paz son “los abusos” que llevaba “puestos” – casi como un vestido – y a los que define como “lo que hacen los otros, que yo no quiero”.
El título de la película, “Transformer” – al que Mónica le da un valor neológico – le permite una suerte de pacificación, de estabilización, al menos por ahora, de armonía entre  su “sentirse hombre” y esa “parte de mujer” que la llevaba al fracaso constante de una ficción, de un semblante que no puede construir.  
La intervención de la analista, ubicando una “extracción”, posibilita el “transformer” entre ‘el rockero’ y ‘el travesti’, logrando una ‘transformación” entre su “pensar como hombre” metido en una “coraza de mujer”, alcanzando una provisoria “armonía” en su ‘cuerpo propio’.


Trabajo presentado en la mesa "Ficciones de la época" de las Jornada del VEL

Una respuesta: Transformer”.
                                                                                          María Fernanda Mina
El trabajo que voy a presentar se orienta por una respuesta e invención singular.
La paciente, a quien llamaré Mónica, llega a consultar al equipo de Violencia del Hospital Álvarez, luego de la aparición de alguna sintomatología en el cuerpo. Refiere “calores”, y unas secreciones que comienzan a salir de sus mamas. Manifiesta a los profesionales que la atienden en otro hospital de CABA (ginecólogos y endocrinólogos) que no puede hacerse los estudios ginecológicos que le indican. M. es derivada a este equipo luego de un relato que contempla una sucesión de abusos ocurridos durante su infancia y una historia de violencia en su familia.
Realización de lo imaginario: los “abusos.
Desde las primeras entrevistas, explica que va a la ginecóloga, pero no se atiende. “Mi sexualidad, me siento hombre. Como hombre me sentía abusado. Como mujer, ya había sido abusada”. Dice “Los abusos están metidos, están puestosAl ser interrogada acerca de esto, no puede agregar nada más. A lo largo del trabajo se pondrá de relieve que se trata de un uso particular que M. hace de lo que llama “abusos”. Cabría pensar que se trata del Otro hostil en su cuerpo. Allí donde imaginario y real no se encuentran regulados vía lo simbólico, aparecen los “abusos”.
También agrega, “Me baño y soy agresiva con mi cuerpo… con la esponja… que algo salga de vosNo saber qué hacer con mi parte íntima… eso me da dolor…”
Cuenta un episodio de su adolescencia, que hace pensar que allí se sitúa el desencadenamiento: Su hermana se casaba, ella se pone un “vestido al cuerpo y tacos…” Dice “Aguanté hasta llegar a la iglesia… salí corriendo… Llegar a mi casa, arrancar todo… Me sentí travesti… Empecé a querer decirlo…” Y aclara, además, “la elección es de antes de los abusos”.
Los estudios médicos, finalmente concluyen en un diagnóstico de cáncer de tiroides, por lo que planifican una operación en sus cuerdas vocales.
El trabajo analítico.
Intervengo nombrando la operación como “extracción”. En la misma línea, se trabaja acerca de “sacar de encima” los abusos, mediante la palabra. Comienza a armar algunas diferencias entre el “abrazo”, “lo afectivo o físico”, que dice “sería tapar cosas” y lo que llama la “contención emocional”. Señalo, y sostengo esa disyunción de lo *físico y la *“contención emocional” que comenzará a orientarse del lado de la palabra. “Tengo las cosas separadas”, dice, y continúa concurriendo a distintos Hospitales para tratarse (uno en relación a la “contención emocional”, el otro, a lo físico).
Se pregunta acerca de qué la “afectó tanto” y enseguida agrega, “Por las ausencias… no tener respuesta fue lo que me afectó…” “Querer y no sentir que te quieran… Buscar respuestas…”  Se dispone a “hablar de la sexualidad”. Para esto, se saca una campera y queda con una remera de rock, a la que le dobla las mangas, acentuando su apariencia de “rockero”. Explica, “lo quiero es cuidar mi virginidad, lo único sano, lo único que no abusaron de mí…”. Y manifiesta que “la que no me deja en paz es esa parte de la mujer”.   
Durante el tratamiento, ocurre una contingencia, olvido el delantal. La paciente retoma la entrevista siguiente de esta manera, “Como los superhéroes, sabes que es, pero no tiene el traje… no pude hablar… se que sos vos pero no sabía si podía hablarahí está mi problema.” Me manda un mensaje de texto, diciendo algo acerca del delantal, y le contesto firmando “Lic. Fernanda Mina”. Lo lee, según dice, “Me pusiste un límite… me diste una notificaciónMe aseguraste así…”
Sentí por primera vez en terapia que sí se puede superar los abusos de chica… Resolver y empezar a sacar mierda…
No es una solución estar evitando los médicosEsa sensación de manoseo, salir corriendo, lavarme, la imagen de lo que pasó: el vecino, tu tío, tus hermanas… no existir de repente, desnudarme toda… salir corriendo y estampillarme con algo…” Expresa que lo que la angustia es “lo sexual, mi cuerpo”.
Dice que estuvo pensando lo que le pasa con los médicos. “Cuando hacen algo que yo no quiero, pienso que eso es un abuso… esa es la parte emocional”.
Finalmente atraviesa la operación de los nódulos tiroideos, y según refiere el diagnóstico es que son benignos. “Algo tuyo ya no está…” Comienza a decir “Ahora el dolor sale, no queda como antes…” Sin embargo, luego de los estudios pertinentes, los resultados diagnostican que los nódulos son malignos… “¿Cómo pudieron transformarse?....”, comienza a armar una trama.
Hacia una respuesta.
Llega muy conmovida al Hospital. Dice que tuvo “una sensación de suicidio”. “Lo afectivo, en dos tiempos, el presente y el dolor del pasado…” Y como consecuencia, no recuerda nada de su vida anterior. Piensa “Me causa gracia… no está mal no tener memoria… No tengo sentimientos… Como volver a nacer… Tengo conocimiento de quién es cada uno, pero no siento nada, no lo afectivo… es como estar no dominado sino dominar… total, el otro no sabe cómo me siento yo…
Habla acerca de la película “TRANSFORMERS”, una de sus favoritas  (según leo, se trata de la lucha por la paz definitiva, para lo que uno de los robots se convierte en la última esperanza para su planeta, para lo cual debe tomar una forma humana). Trae un diálogo del robot protagonista con su padre, del que entiende que hablan de “pensar en el valor de vida”.
Hablamos de los transformers, y sostenida desde ahí, casi diría, sostenida en su delirio, en el transcurso de las entrevistas, comienza a recordar algunas cuestiones. Ubica “el abuso”, como lo último que recuerda del día del intento de suicidio. Dirá, “Como que está revertido”. Pregunta por qué arrastró tanto dolor, “llegué a la conclusión de que fue por no haberlo aceptado… Lo que sana el dolor es la aceptación”.
Comienza un rearmado imaginario que se traduce en un cuidado personal: mirarse al espejo, ponerse cremas. Cuenta “surge un amor propio, mi cuerpo es mío, como enamorada de mi cuerpoPoner en armonía la razón y el cuerpo”. En este sentido, recuerdo la cita de Miller que sugiere: “Esta consistencia imaginaria (…) se basa en una relación del parletre con su cuerpo. (…) La relación que Lacan perdió en el nivel sexual, (…) reaparace en el nivel corporal.”[1]
Así, M. ubica la “coraza”, aquel lado de mujer, y su “esencia”: “Pienso como hombre… en las relaciones, llevo la parte del hombre”.
Me pregunto ¿al relato de Mónica lo podemos pensar como una invención hacia la estabilización, un modo de tratar al hombre y la mujer que conviven en su cuerpo?
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[1] Miller, J. A. La relación corporal, en Piezas sueltas. Buenos Aires,  Ed. Paidós, 2013.