jueves, 21 de noviembre de 2019



Decimos no al golpe de estado que se perpetro en Bolivia y lamentamos profundamente los hechos de violencia que se desataron en Chile.

Condenamos este estado de cosas que tanto dolor trae a la población de uno y otro país.

Esperamos que el pueblo chileno sea escuchado en sus reclamos y que los actos que han acontecido sean fundantes de un realidad más justa.


domingo, 1 de septiembre de 2019

Diferencia entre machismo y patriarcado



                                                                                           Graciela Ruiz

La forma que adopta la militancia feminista en nuestros días es la evidencia de la pérdida de hegemonía del discurso amo que en las sociedades tradicionales estaban comandado por el nombre del padre.   No significa la remoción del discurso amo, se trata de una crisis de los significantes amos tradicionales que ocasiona  una deriva de las clasificaciones. Está por verse cuales de los nuevos significantes permanecerán como verdaderos. Como nuevos semblantes.
Por ejemplo, “la violencia de género” es un nuevo significante amo que fija un pedazo de real y ha adquirido una dimensión de verdad considerable. La deriva abierta de categorías nuevas de identidades sexuales también va aportando nuevos significantes[1]. Son modificaciones históricas del discurso amo que el psicoanálisis constata en las ocurrencias de la palabra de los analizantes.[2]
Para precisar el real en juego en los fenómenos de violencia hacia la mujer, no debe ser considerado el machismo como una expresión del patriarcado. Por el contrario, las manifestaciones llamadas machistas se ubican en los límites del discurso como efecto de la vacilación del semblante que es su agente. Ya sea en los “pasajes al acto” o en los “acting out”. En estos últimos, el semblante sube a escena y se propone como ejemplo, da a ver hace una mostración,  justamente de aquello que el sujeto no tiene, ostenta lo que no tiene, un semblante verdadero de autoridad.




[1] Transgenero, trans,transexual,andrógino,androgynous, neutrois, dos espiritus,no binario, género variante, fluido…….
[2] Brousse Marie Hélène. “El nuevo feminismo lacaniano” Blog Nel. Medellin.

lunes, 19 de agosto de 2019

Crímenes pasionales


La expresión “crímenes pasionales” se originó en el reconocimiento superficial de que las peleas originadas aparentemente por causas como celos, abandonos y desamor o sea por el amor y el odio, podían terminar con estos resultados. En los últimos años se ha cuestionado este concepto a raíz de suponer una cierta justificación de la violencia ya que algo bueno como la pasión del amor termina en el pasaje al acto criminal. El perfil del hombre amante de su mujer que se descontrola frente a la evidencia de la infidelidad no molesta mucho al espíritu machista. Algún tango puede dar cuenta de ello. Para conmover  esta naturalización  de los hechos, se comenzó a utilizar el término violencia de género. Pero el gran manto explicativo del “género” no aporto muchos recursos para acercarnos al real que está en juego. No es conveniente ocultar la cara estragante del amor, tampoco desconocer que el amor y el odio van juntos. Si nos animamos a saber un poco más de lo que estamos hechos y no tratamos de ignorar aquello que está ahí, tenemos más posibilidades de no ser sorprendidos desprevenidamente. Las mujeres deben poder interpretar y calcular la continuidad  entre la conducta amorosa  pasional extrema y el acto violento. Y porque no, también interrogarse acerca de  la dificultad de separación de ese hombre. ¿Cómo colma su ser verificar que el otro no puede vivir sin ella?  Si,  la pasión del neurótico es  justificar su existencia, lo sorprendente pero no menos real  es preferir la injuria a la indiferencia.

                                                                                    Graciela Ruiz

domingo, 28 de julio de 2019

Amor y odio como paradoja del sujeto

El poder del amado                                                                                                              El amor y el odio pueden anudarse por medio de la castración que implica el amor. El amante asume la castración, es el que no tiene, y el amado esta completo. El amado sustenta un poder sobre el amante. Estas posiciones son móviles, el amante aspira a ser amado, es decir a hacer surgir la falta en el otro. Así se anudan el amor y el odio, el odio aparece porque se revela el deseo de castración que implica el hecho de ser amado.  El obsesivo puede responder con odio al amor, porque advierte el deseo de castrarlo. El poder de la amada sobre él le despierta odio. El odio femenino con el hombre es justamente porque no deja surgir la falta en él.[1]  Miller comenta que los hombres que quieren a las mujeres son los que no temen presentarse en falta y son tanto más varoniles cuanto más amantes, asumiendo la castración y no preocuparse de ser amado.  Justamente la posición que se espera del padre, el padre tiene derecho al amor si esta père-versement (perversamente) orientado, es decir hace de una mujer, objeto “a” que causa su deseo[2]. Se trata de la transmisión del agujero de la castración. 



[1] Miller J.-A.(2006), “Introducción a la clínica lacaniana” Conferencias en España. Pág 301,302,303.Barcelona
[2] Lacan J.:”RSI”Seminario 22, inédito. Clase del 21 de Enero de 1975.

domingo, 21 de julio de 2019

Así se inicia el articulo, Amor-odio como paradoja del sujeto

Amor - odio como  paradoja del sujeto.[1]                              Graciela Ruiz

Si no fuera porque te odio te abrazaría”[2]                                                                             

No se conoce amor sin odio y esto ha sido explicado de diferentes maneras. 
“Ambivalencia”, termino  Freudiano para nombrar la convivencia del amor y el odio. 
 Freud observa que la primera de las pulsiones sexuales es incorporar o devorar, una modalidad del amor coincidente con la destrucción del objeto, apenas diferenciable del odio. 
En la problemática del odio y del amor debemos incluir al  “yo”. El “amar” se instala en el vínculo del  placer del yo con el objeto y se fija en los objetos que satisfacen las necesidades de las pulsiones sexuales sublimadas.[3]
El odio es primero y esta en el rechazo inicial al mundo exterior que funda la constitución del yo. El odio y lo pulsional se nutren recíprocamente.
Con las primeras enseñanzas de Lacan  entendemos que la fuerza pulsional, más la formación del yo a partir de  la imagen,  revelan el origen narcisista del  amor y la tensión agresiva con el semejante, como efecto imaginario. 
Ya en ese momento Lacan escribe[4] sobre “la agresión suicida del narcisismo”. La tendencia suicida, expresada en el mito de narciso, yace en lo que se supone el amor a sí mismo. No le es ajeno al amor la destrucción del objeto amado.                                                    





[1] El titulo remite a articulo de Eric Laurent.  Lacaniana 26. pág 102
[2] Dicho de una sujeto en análisis.
[3] Freud,S. (1976)” Pulsiones y  destinos de pulsión”Obras Completas, T. XIV .pág 132.Bs.As. Amorrortu.
[4] Lacan. J.(2003) “Acerca  de la causalidad psíquica” Escritos 1. Bs.As. Ed. sigloXXI. Pág 177

martes, 9 de julio de 2019

...calculada solución al letargo emotivo.



¿Será la violencia hard la expresión de lo pulsional rechazado por esta sociedad tamizada?
En la novela Noches de Cocaína escrita por James Ballard encontramos el desarrollo de este planteo. Se nos presenta un ámbito con el estilo más cool posible. Se trata de los condominios lujosos del ocio obligado, donde irrumpen fuera de toda necesidad, de todo objetivo aparente hechos de violencia, incendios, asesinatos, prostitución, accidentes provocados. Estos hechos delictivos son realizados por una persona consciente del efecto que producen: “despertar” a un sentimiento de comunidad, de interés colectivo, de movilización que activa y desplaza la indiferencia generalizada. El crimen es una calculada solución al letargo emotivo”[1]
Este efecto de la violencia como despertar, se encontró en sujetos que delinquían no por una causa económica, sino para salir de un sopor existencial insoportable. 


                                Del articulo “Ficciones que alojan la violencia” de Graciela Ruiz


[1] Cohen Marcelo,  “Cocaína, psicoanálisis, delito, literatura y neoliberalismo”. Revista  “El perseguidor” Nº 8, (2000-2001) p.68.

domingo, 5 de mayo de 2019


El machismo no es el patriarcado[1]                             Graciela Ruiz
                                                         
El  movimiento feminista se define como la lucha contra el patriarcado y el capitalismo. Es un movimiento transversal y popular.[2]
Esa insistencia en orientar la lucha contra el patriarcado nos confronta con  una contradicción.  ¿Cuál es el diagnóstico? ¿El  problema es la vigencia del  patriarcado o la declinación del nombre del padre o sea el debilitamiento de la figura de autoridad del padre?
La intensión de la lucha feminista es denunciar el dominio, explotación o abuso, del hombre sobre la mujer. El feminismo ubica como causa de estos fenómenos a la autoridad ejercida por el varón-padre en esta organización social que se conoce como patriarcado.
El “patriarca”  es el varón que tenia la autoridad de pater familias quien podía tomar decisiones que afectaban  a toda la familia incluidos los esclavos, al extremo de poder decidir si alguien merecía o no la muerte. El patriarcado alude a esa autoridad y a sus reglas. Etimológicamente proviene de la palabra “padre” más el significado de  “líder, jefe o rey”. Funcionaba en Grecia y Roma, es una forma de dominación centrada en el poder del padre que se ha manifestando de maneras muy diferentes a través de los siglos.
 Hoy se usa el término de una manera muy general e imprecisa.  Por ejemplo, es confuso usar la misma palabra para aludir a la autoridad de un padre de familia en la Roma antigua y para nombrar la conducta de  un hombre, en Buenos Aires, siglo XXI. 
Para definir al patriarcado se mencionan las obligaciones y los derechos que tenía el padre de familia. “En el derecho se palpa como el discurso estructura el mundo real”[3]
Se gana en precisión y se evita oscuridad si nos remitimos al discurso Amo y sus vicisitudes, para dar cuenta de estas relaciones. Lacan define al discurso de la siguiente manera.  Mediante el instrumento del lenguaje se instauran cierto número de relaciones estables, en las que puede inscribirse algo mucho más amplio, que va más lejos que las enunciaciones efectivas”.[4]
 “Si el discurso del amo constituye el lecho, la estructura, el punto fuerte en torno del cual se ordenan varias civilizaciones, es porque el resorte es allí, pese a todo, de un orden distinto que la violencia”[5]
El resorte del discurso Amo no es la violencia, por el contrario el resorte es el instrumento del lenguaje  y la dimensión de verdad que puede adquirir el semblante como agente del discurso[6]. Frecuentemente hemos escuchado “él no hablaba solo nos miraba, era suficiente ya sabíamos lo que pensaba” así se manifestaba la autoridad del padre en la mesa familiar. Semblante de autoridad  con valor de verdad que sostiene el discurso.
Lacan ubica  el fenómeno de violencia cuando  a nivel del discurso el sujeto es llevado a algún efecto que no fuera del semblante.[7]
 Es conveniente tratar de ubicar cual fue el último dicho antes del desenlace, el último dicho que desplazo al sujeto fuera del discurso.
El “pasaje al acto”  y el “acting out”  ocurren en los límites del discurso. El acting out,  dice Lacan, también llamado “pasión”, se produce cuando se hace pasar  el semblante a la escena, se lo monta en la escena, se hace de él ejemplo. Se escenifica aquello de lo cual el sujeto se ve excluido, desposeído  de la posibilidad de ejercer alguna autoridad, de hacer justicia, de ser el garante del orden, el portador de una ley. Eso que no se sostiene desde los significantes porque  no existe la dimensión de verdad del semblante que lo sostenga,  se actúa en lo real en la escena.  Actuaciones que pueden ir desde una actitud prepotente y dichos que resulten ofensivos hasta actos de violencia más serios contra la mujer.
La forma que adopta la militancia feminista en nuestros días es la evidencia de la pérdida de hegemonía del discurso Amo que en las sociedades tradicionales estaban comandado por el Nombre del Padre.  No significa la remoción del discurso Amo, se trata de una crisis de los significantes amos tradicionales que ocasiona  una deriva de las clasificaciones. Está por verse cuales de los nuevos significantes permanecerán como verdaderos. Como nuevos semblantes.
Por ejemplo, “la violencia de género” es un nuevo significante amo que fija un pedazo de real y ha adquirido una dimensión de verdad considerable. La deriva abierta de categorías nuevas de identidades sexuales también va aportando nuevos significantes. Son modificaciones históricas del discurso amo que el psicoanálisis constata en las ocurrencias de la palabra de los analizantes.[8]


[1] Agradezco a Ondina Machado por su comentario y su invitación, que me ayudó a precipitar estas ideas.  
[2] Estas características ubican al movimiento feminista dentro del feminismo radical. 
[3] Lacan Jacques, El Seminario 17 El Reverso del Psicoanálisis. Pág 16. Paídos, Bs. As. 1992
[4]Ibíd., p. 10.
[5] Lacan Jacques. El Seminario 18. De un discurso que no fuera del semblante p.25. Paídos 2009
[6] ..el significante es idéntico al estatuto como tal del semblante” p.15. Seminario 18.
[7] Ibíd., p. 31.
[8] Brousse Marie Hélène. “El nuevo feminismo lacaniano” Blog Nel. Medellin.

jueves, 18 de abril de 2019

Clase del 22 de Abril


El movimiento feminista se define en lucha contra el patriarcado y el capitalismo, en un movimiento transversal y popular.
Esa insistencia en orientar la lucha contra el patriarcado nos confronta con  una contradicción.  ¿Cuál es el diagnóstico? El  problema es la vigencia del  patriarcado o la declinación del nombre del padre o sea el debilitamiento de la figura de autoridad del padre.

miércoles, 17 de abril de 2019

Sobre otras formas del discurso Amo, el matriarcado



                                                                                                                         por Gustavo Kroitor

Por un lado los movimientos feministas luchan contra lo que suponen instalado en la sociedad, el patriarcado. Por otro lado, y siguiendo a J. Lacan podemos verificar que el siglo XX, en especial en su segunda mitad, estuvo marcado por la declinación del Nombre del padre.
En este marco, en el VEL tomamos el tema “Caída del patriarcado y otras formas del discurso amo”
En la clase del lunes 8 de abril comentamos en nuestro seminario el libro de Ricardo Coler. “El reino de las mujeres”
Coler nos comenta lo que es la sociedad matriarcal más pura del mundo, “Los Mosuo”. Una comunidad que habita en una región de China a 1300 km de Pekín.
Se trata de una organización matriarcal donde las mujeres mandan. No existe el matrimonio y no hay padre. Las mujeres al cumplir 13 años obtienen un cuarto propio donde podrán recibir a sus amantes.
Las mujeres mandan y sus frases son performativas.
Los hombres viven en la casa de sus madres en una habitación común y pueden visitar mujeres sólo por la noche.
Las mujeres son dueñas de la propiedad y las principales trabajadoras. Los hombres pueden trabajar pero les dan el dinero a sus madres y les piden a ellas en caso de necesitar.
Hombres y mujeres pueden cambiar de amante cuantas veces lo deseen o pueden tener relaciones duraderas, pero jamás vivirán juntos.
Dadas estas condiciones, los hijos son siempre de las mujeres y nunca se sabrá a ciencia cierta quien es el progenitor.  El apellido y la herencia van siempre por vía materna.  De esta manera, no hay noción de padre posible, sin embargo se trata de una sociedad llena de reglas, es decir de significantes amo que regulas la convivencia en sociedad,  sobre todo en lo tocante al encuentro entre los sexos. Concluimos así que el Nombre del padre como carretera principal tiene absoluta vigencia.
Lacan nos advierte en su texto “ La tercera” que el hecho de que la mujer sea un objeto a para el hombre no quiere decir que sea de su gusto serlo, sin embargo entre los Mosuo pareciera que sí es de su gusto, ya que cuando un visitante viene de lejos para estar con una mujer, ella está orgullosa de que sus atributos de belleza se hallan esparcido.
Para las mujeres en esta cultura son muy importantes todos los atributos que tengan como función la seducción, razón por la cual está muy vigente el  valor fálico y agalmático.
En cuanto a la prohibición del incesto recae sobre todos los parientes consanguíneos de la madre. Si bien no puede pensarse el Edipo en términos freudianos con el padre como interdictor, quien cumple está función de palo en la boca del cocodrilo, es la abuela (Materna, la única que existe). Es ella quien separa a la madre del niño al cumplir este un año de vida.
Parece tratarse de una sociedad con bajo nivel de conflicto y muy pocos episodios de violencia. Más bien la violencia avergüenza y es motivo de burla.
Puede atribuirse esto al matriarcado, pero en mi opinión se debe más a la relación con la propiedad. Cuando una pareja deja de verse, no tienen nada en común que repartirse, ya que no viven juntos y no tienen hijos en común.
Por otro lado, las reglas sobre la herencia y la trasmisión de bienes es tan clara que se evitan los conflictos.
Y en última instancia siempre está la matriarca para mediar en caso de conflicto.
Como conclusión final, se puede decir:
1)      No hay simetría entre patriarcado y matriarcado.
2)      Ambos, Matriarcado y Patriarcado están reglados por significantes amos.
3)      En ambos es clara la diferencia sexual, con reglas claras de cómo debe comportarse cada sexo.
4)      La diferencia más fuerte entre ambos está dada por la propiedad. Entre los Mosuo no es posible decir Mi mujer o Mi marido. No existe posesión posible. Así, una frase tan escuchada en occidente “La maté porque era mía” no sería jamás posible entre los Mosuo.

viernes, 5 de abril de 2019

Segunda clase del VEL sobre el Feminismo, 8 de Abril.

Caída del patriarcado y otras formas del discurso Amo


El movimiento feminista se presenta como transversal y popular, en contra del patriarcado y del capitalismo.

La forma actual del feminismo es el efecto del retroceso de la autoridad paterna y por lo tanto el declive del discurso Amo.

Gustavo Kroitor comentará como funciona una organización matriarcal, los Mosuo. Documentado por Ricardo Coller en su libro "El reino de las mujeres"

Patriarcado, matriarcado, declinación de los significantes amos, deriva de las identificaciones, desaparición paulatina de las forma tradicional de familia. ¿En que estamos y hacia donde vamos?

La clase estará a cargo de Graciela Ruiz y Gustavo Kroitor.

sábado, 30 de marzo de 2019

De la primera clase del Vel. 25 de Marzo. por Graciela Ruiz


La marea verde, feminismo radical.
1.     La lectura del documento evidencia un conjunto abierto que va en aumento pudiendo incorporar  más causas, siempre dentro del marco general.
2.     La innovación con relación al lenguaje, neologismos, invención de significantes que condensan varios sentidos, modificando reglas gramaticales, especialmente en la utilización de los géneros: masculino y femenino, inventando un neutro que evita el género masculino.
Marie Helen Brousse, observa cómo se borran  las marcas de las diferencias sexuadas en la lengua como el masculino y el femenino. Se trata de una reivindicación de la neutralidad sexual. Pero paralelamente, se produce la  pluralización  de identidades sexuales de minorías que exigen reconocimiento.
3.     En lo que hace a la movilización misma  se destacan los cuerpos en un protagonismo inusual, pintado, desnudo, escrito, mostrado como víctima, de una manera desafiante, con orgullo, con alegría y desenfado. Demostrando rebeldía contra la represión sexual y contra el imperativo del ideal de la imagen. En algunos casos acentuando una actitud de desvergüenza.
4.     En  las marchas y concentraciones, se observa una participación casi excluyente de mujeres. Muy pocos hombres, incluso hay posiciones dentro del movimiento que los excluyen explícitamente. Se  ha desplazado la matriz heterosexual porque se la considera  una imposición del patriarcado y una sexualidad normativa,  el lazo homosexual  ha tomado más protagonismo.  Se trata de un feminismo  segregativo en comparación con el de la década del 60. En el cual las consignas eran  “hagamos el amor no la guerra” y proponían  el  “Amor libre”. Segregativo porque  los sexo están más separados.  M.Helen Brousse, compara esta segregación con la de las religiones, que separan a los hombres de las mujeres, bajo la forma de una prohibición. Ella dice, que la prohibición alimenta el deseo y la ilusión de un encuentro posible entre los sexo. No es este el efecto de la segregación actual del feminismo que parece haber asumido más el “ no hay relación sexual”  y el  “Hay del Uno”.
    
El texto de M. H. Brousse se encuentra en Textos de orientación de la XXVII Jornadas de la Eol. Discordias de las identificaciones. 2018. También   " El nuevo feminismo lacaniano" del blog Nel Medellin.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Primera clase del VEL

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Feminismo. Identificaciones sexuales. El odio sexista. ¿Patriarcado o caída de la imagen paterna?

 A cargo de Graciela Ruiz y Ernesto Derezensky


Primera clase del VEl, lunes 25 de Marzo, en la EOL, a las 13,30hs.

martes, 12 de marzo de 2019

sábado, 2 de marzo de 2019

viernes, 1 de marzo de 2019

Odiar es pertenecer

 

"¿Odiar es pertenecer? Tal vez haya mucha gente que pueda sentirse "alguien", incluyéndose  en el inmenso y prestigiado grupo de los "no negros" o de los "no judios", pero como ya dijo Auguste Bebel: "El antisemitismo es el socialismo de los imbéciles".  Burlarse de alguien por su condición de diferente es no darse cuenta de que ser persona es ser diferente."

Esta cita (del libro "Odiar es pertenecer", escrito por Rudy y Eliahu Toker, pág11) se fundamenta en el mecanismo por el cual, el principio de afirmación propia se sostiene del rechazo y de la exclusión, del "no"al otro, a partir del cual, encuentro mi pertenencia y mi identificación, en este caso imaginaria. El odio al diferente que funda el odio racista tiene la misma lógica que el odio por el otro, por cualquiera partenaire del cual  se me haga evidente su forma de goce, que no me incluye y que es inevitablemente distinta a la mía.


La imagen es del Festival de arte urbano Latidoamericano. (Perú, México, Colombia y Argentina)

viernes, 22 de febrero de 2019

"Eh, tú, lámpara, pañuelo, plato"

..........me atreví a formular una construcción: de niño,  a la edad de 6 años, él ha cometido algún desaguisado sexual entramado con el onanismo, y recibió del padre una sensible reprimenda. Este castigo abría puesto fin al onanismo, si pero por otra parte dejó como secuela una inquina inextinguible contra el padre y fijo para todos los tiempos su papel como perturbador del goce sexual. Para  mi gran asombro, el paciente informo entonces que su madre le había contado repetidas veces un suceso así de primera infancia, y evidentemente no había caído en el olvido porque se anudaban al suceso cosas bien singulares. Pero su propio recuerdo no sabía nada de eso. Ahora bien, he aquí el relato:
Cuando él era todavía muy pequeño, ....debe de haber emprendido algo enojoso, por lo cual el padre le pegó. Y entonces el pilluelo fue presa de una ira terrible e insultaba todavía bajo los golpes de su padre. Pero como aun no conocía palabras insultantes, recurrió a todos los nombres de objetos que se le iban ocurriendo y decía: "Eh,tú, lámpara,pañuelo, plato."   etc.  El padre sacudido cesó de pegarle y expresó: "¡Este chico será un gran hombre o un gran criminal! (O.c. S.Freud Tomo X, pág 161)

El sujeto opina que esta escena ha sido muy importante, porque el padre no le volvió a pegar y el mismo piensa que esta escena esta en el origen de la alteración de su carácter.

Freud interpreta que por la angustia que sintió ante la magnitud de su propia ira se volvió cobarde desde entonces. Además durante toda su vida tuvo una angustia terrible a los golpes y se escondía lleno de horror e indignación cuando pegaban a alguno de sus hermanos.

Esta famosa escena infantil del hombre de las ratas, es paradigmática con relación a la cólera, el insulto y la indignación. Llama la atención la naturalidad con la que Freud toma el castigo corporal ejercido por el padre, sin duda es una cuestión de época. Aunque generalizada o aceptada socialmente, la violencia física ejercida por un adulto hacia un niño siempre tiene consecuencias subjetivas.  En este caso según Freud, la cobardía y la angustia, el horror y la indignación frente a los  golpes. Pero también una tensión agresiva permanente, manifestada en sus fantasías. Fantasmas donde se pretende estabilizar y cernir una experiencia de goce. 

Temprana experiencia traumática de goce, trauma por la experiencia de agujero en el tejido de las representaciones del sujeto.(E. Laurent, "El reverso de la biopolítica" pág17) Y es en el borde de ese agujero (A/) donde se precipita algún significante en el intento de capturar lo indecible del Otro.
Así el pequeño hombre de las ratas nos revela la lógica del insulto, captar el ser del Otro en la injuriosa reducción de su ser a un mero objeto.
                                                                                                                      Graciela Ruiz

lunes, 11 de febrero de 2019

El insulto, el odio y la cólera




……..el uso del significante como insulto apunta al ser del otro, apunta al otro en el lugar de lo indecible, allí donde el ser mismo excede las posibilidades de la lengua. Por eso el insulto- primera y última palabra del diálogo, según Lacan- es un intento de decir la cosa misma para tratar de circunscribirla como objeto “a” y de ese modo atrapar al otro, aislarlo y atravesarlo en su ser ahí, en su Dasein, en la mierda que es………Lacan compara el insulto con el juicio final……la sentencia final implica que el sujeto ya fue pesado y contado. En otras palabras el insulto encarna el "tú eres eso", lo que el sujeto encuentra al final del análisis. De manera general el "tú eres eso" es más bien despectivo.

Considerando el caso "Marrana" se entiende el lugar fundamental del insulto en la teoría de la psicosis en Lacan.

.............La formula del insulto aparece cuando en el desfallecimiento del Otro como lugar del significante (A/) emerge el ser del sujeto como "a", y entonces surge del fondo de la lengua un significante que intenta atrapar precisamente el momento de lo indecible. Por eso el epíteto apunta a decir lo propio de un sujeto. Y por eso el odio es uno de los caminos al ser.

Evidentemente el insulto está ligado a un afecto y se presenta cuando no hay más palabras para decirlo, cuando ya no es posible razonar, y uno se sofoca de cólera. Que se haya hecho de ella un pecado capital ya indica su importancia...todos los pecados se relacionan con el objeto "a".....Lacan nos recuerda que la cólera surge "cuando las clavijitas ya no encajan con los agujeritos". la cólera que rodea al insulto aparece en el momento en que , cuando surge "a", el ser del Otro en su abyección, por más que recorra los significantes no logra encajar en ese pequeño agujerito. Luego se selecciona uno ¡cualquiera! que en la caída en la anulación de todos los significantes - que escribe A/- se salva del desastre y aparece como una flecha para intentar convertirse en el significante del ser del Otro, esto es el significante del Otro como objeto "a". Por eso la cólera es un afecto de "a".

.........................se podría definir el objeto "a" como principio de un determinismo irracional.

El banquete de los analistas, curso de J.-A. Miller pág 105, 106, 107 y 108

viernes, 1 de febrero de 2019

La cólera


Según Lacan, el odio – al igual que las demás pasiones relativas a lo simbólico – debe distinguirse con claridad de la cólera como irrupción de lo real que surge cuando, en una trama simbólica bien establecida, las clavijas dejan de entrar en los agujeritos (según la expresión de Péguy). Ello no significa que odio y cólera carezcan de relación – se puede pasar de uno a otro. ¿Pero cuál es la especificidad de la cólera? Este afecto no fue objeto de una atención especial por parte de Freud, pero en los Estudios sobre la histeria (Tomo II, pág 212-214) Breuer lo vinculó con la ruptura de la asociación y con la pérdida del sentido – algo que hoy caracterizaríamos como un quiebre en el enlace entre S1 y S2. De hecho, Lacan considera que ningún afecto y ninguna pasión, de la angustia a la cólera, puede comprenderse sino en relación con el significante.
Luego, resaltamos que si la cólera, como irrupción de un real, está necesariamente vinculada al significante, diferenciarla de la violencia nos lleva a constatar que ésta puede ser la consecuencia de aquella, en la medida en que la separación respecto del Otro puede llevar a un cortocircuito donde la palabra falta al discurso.



(argumento del Enapol 2019)

El Odio



A partir de Freud, podemos resumirlo como sigue. En el complejo de Edipo, el odio corresponde al deseo de muerte alimentado por el sujeto hacia el rival en el amor.(Lacan, Los complejos familiares, Otros escritos p.49) 
Si la libido se enlaza con la crueldad, el odio puede derivarse del amor.(Freud, Tres ensayos de teoría sexual, Vol VII p.151-152)
 Reprimido, el odio puede reforzar un amor intenso, o bien constituir la fuente de una hipermoral o de síntomas obsesivos. (El hombre de las ratas, Tomo X  143, 186,188 y Predisposición a la Neurosis obsesiva. Contribución al problema de la elección de la neurosis Vol XII p.345)
Un enamoramiento incipiente suele ser percibido como odio, un amor al que se deniega satisfacción se traspone fácilmente en odio, y en ciertos estadios del enamoramiento ambos sentimientos pueden coexistir. (Freud, El Yo y el ello, Vol. XIX p.43-45)
Lo que Freud llama ambivalencia tiene su fuente en el complejo paterno vinculado al crimen primordial. Pero amor y odio no tienen un origen común, sino desarrollos diversos antes de devenir opuestos bajo el influjo de la polaridad placer-displacer y de la organización genital.(Freud, Pulsiones y destino de pulsión p.131-134)
 El odio es más antiguo que el amor: es rechazo, expulsión del Otro, y se remonta a la Ausstoßung aus dem Ich (expulsión fuera del sujeto) que constituye a lo real como lo que subsiste fuera de la simbolización. (Freud La negación, vol XIX p.256-257. Lacan, Respuesta al Comentario de Jean Hyppolite Escrito 1, p.369)
 Ese aspecto original del odio es relevante, no sólo en lo que dice de la vida amorosa de un sujeto (incluida la transferencia analítica), sino también en relación con los fenómenos de masa. (Freud, Psicología de las masas, vol XVIII y Moises y la religión..vol XXIII p.87-88)
Lacan propone leer el odio como una pasión del ser, al mismo título que el amor y la ignorancia. (Lacan,Variantes de la Cura tipo Escrito p.341)
 En efecto, el odio es, al igual que los otros dos, una vía en la que el ser puede formarse negando el ser del otro.(Lacan, La dirección de la cura. Escrito p.597-599)
 Al insertar el odio en este triángulo, Lacan inaugura su crítica de la noción freudiana de ambivalencia, reconociendo el par amor-odio como la cara única de una banda de Moebius, (Lacan, El Atolondradicho, Otros escritos, p.500) pero tomando en cuenta que Freud demostró que sus dos aspectos no tienen soporte común.
 Los tres registros (imaginario, simbólico y real) permitieron situar en lo imaginario el odio nacido del interés que en los celos manifiesta el sujeto por la imagen del rival, y también la destrucción del otro situada en un polo de la relación intersubjetiva. (Lacan Seminario 1, p.403-404)
La crítica de la ambivalencia culminará en la noción de odioamoramiento, neologismo acuñado por Lacan (Seminario XX pág 118) como un modo de poner en su lugar el odio –que se dirige al ser– y el amor –que no implica el bienestar del otro.
J.-A. Miller enlaza la castración femenina con el odio a la feminidad (Miller, El Otro que no xiste...p.420) y, de manera similar, el goce del Otro al odio racista. (Miller Extimidad. p.53)
 Ambas fórmulas podrían reducirse a una sola: se odia la manera particular en que el Otro goza, justamente porque no es la propia o porque sustrae la propia. Pero ese Otro es Otro en mí, o sea que la raíz del racismo es el odio al propio goce. Sin embargo, ¿cómo entender la violencia que ese racismo puede suscitar? Hay aquí algo en lo que debemos detenernos: la distinción entre odio y violencia. El odio al goce del Otro es lo que Lacan refiere al kakón.(Lacan, La agresividad en psicoanalisis. Escrito p.115-119 y Acerca de la causalidad psíquica, p. 173)
 ¿Es entonces el odio un modo de constituir al Otro, aunque más no sea mediante su exclusión?
Aquí afrontamos una cuestión crucial: el crecimiento del racismo en el mundo ¿obedece acaso a la tentativa de restituir al Otro? El avance del pensamiento xenófobo, junto al aumento de los movimientos de extrema derecha cuya consigna gira en torno al odio, ¿no están al servicio de eso mismo?
También nos interesará profundizar en la distinción entre las formas de racismo, con sus correspondientes modalidades de odio.

(argumento del Enapol 2019)

martes, 15 de enero de 2019

Una nueva psicología de las masas


                                              "El reverso de la biopolítica" Eric Laurent (1)                     

"Finalmente, destacaremos que el síntoma como acontecimiento de cuerpo no condena a ningún solipsismo o individualismo. Le adviene a un cuerpo prendido en el lenguaje, es decir un cuerpo tomado en el cuerpo social con otros. Ya que el cuerpo en cuestión no es el del individuo. Mientras que la Massenpsychologie freudiana, se basa en la identificación, lo que se esboza a partir del acontecimiento del cuerpo es una nueva psicología de las masas. Los movimientos de las masas contemporáneas, las "multitudes"(2) se hacen y se deshacen en nombre de algo que desafía a la identificación. Es la contrapartida del objeto de goce en el puesto de mando de la civilización. La nueva forma política así producida no es la del sentimiento, como se dice demasiado a menudo, sino la de los afectos (3), en el sentido del acontecimiento del cuerpo"   

           Por lo cual,  el odio como afecto puede constituirse como un cuerpo político.

1) Laurent Eric. El reverso de la biopolítica Grama Ediciones 2016 pág. 24
2) Hardt M. y Negri A. , Multitude, Guerre et Democratie à l'age de l'Empire, La Découverte , Paris 2004, contraportada: La democracia a escala global se está convirtiendo....en el proyecto de la multitud.
3) London F. La societé des affects. Pour un structuralisme des passsions, Seuil, col. L Ordre philosophique, Paris, 2013 o, con otra sensibilidad polític, Hassner P., col. Les grandes éstudes internationales, París, 2015. 

sábado, 5 de enero de 2019

Indignación



De la triada que nos ocupa en este Encuentro Americano, la indignación fue la última en interesar a los psicoanalistas, a pesar de que ella se define en referencia a la dignidad, que desde siempre ha sido objeto del interés analítico.

Lacan entiende la indignación como respuesta ante una afrenta a la dignidad, tal como lo indica al comentar el choque, sufrido por Hamlet , entre la iniquidad del goce materno y el ideal encarnado por el padre asesinado.

Pensemos las pasiones del ser como pasiones del lazo con el Otro: amar al Otro, odiar al Otro,ignorar al Otro. De las tres, la ignorancia es la más próxima a la indignación, ya que ignorar al Otro puede ser el ataque más radical a su ser y debido a ello, indigna. Por otro lado alguien indignado no necesariamente es violento, u odia,o monta en cólera, de modo que la indignación tiene una especificidad que merece ser interrogada.

Lacan destaca que la raíz de agalma se vincula con el verbo agaíomai  , que significa estar indignado, y lo hace en un momento en que la agalma caracteriza a la singularidad; más aún, observa que la singularidad es la relación erótica privilegiada con un objeto que salva nuestra dignidad al hacer de nosotros una cosa única, incomparable y tempranamente hace mención de intervenciones capaces de restablecer el sentimiento de la propia dignidad. En consecuencia la indignación ha de estudiarse en su doble relación con  la dignidad y con su reverso, la indignidad.

En efecto, sabemos que la pérdida de la dignidad suele ser, desde siempre, motivo de análisis, y de hecho la indignidad puede caracterizar la posición inicial del sujeto en sus lazos sintomáticos. En nuestra práctica, podemos encontrar individuos que llegan al análisis a partir de la ruptura provocada en sus vidas por ciertas posiciones indignas desencadenadas por la violencia de la segregación u otras causas.

Hemos dicho que la indignación es el afecto que nos embarga cuando nuestra singularidad es cuestionada, desconocida o rechazada, por lo tanto hay que interrogar la relación entre la dignidad y esa singularidad que Freud llamó der Kern unseres Wesens, el núcleo de nuestro ser.

Correlativamente, el carácter digno o indigno de la posición del sujeto en las relaciones amorosas se torna un indicador del progreso de su análisis, un indice  ético-clínico del punto al cual llegó en él. Si el sujeto soporta su singularidad con dignidad y ya no precisa sacrificarla en el altar de sus lazos amorosos, puede decirse que su análisis valió la pena. Interrogar la indignación, cuando esta denuncia una afrenta a la dignidad, es entonces un modo de interrogar el análisis mismo.

Para concluir, la trama formada por estos tres significantes debe ser explorada en sus relaciones, así como en sus puntos firmes. Se plantea una cuestión ética que va desde la caracterización de la dimensión del odio, pasando por la irrupción del real del goce que caracteriza a la cólera, hasta lo que aquí llamaríamos la conquista, por parte del sujeto, de la dignidad de su síntoma.   
 

Argumento presentado por la Comisión Científica del IX Enapol, formada por:

Luiz Fernando Carrijo da Cunha (EBP) Coordinador
Gerardo Arenas (EOL)
Gustavo A. Zapata Machín (NEL)

Referencias bibliográficas:
Lacan J. El Seminario Libro 8, La transferencia , Buenos Aires : Paidós 2003 pp:167 y199
Lacan J. "La psiquiatría inglesa y la guerra" Otros escritos. p. 122
Arenas G. En búsqueda de lo singular. Buenos Aires: Grama 2010. p.140
Arenas G. La flecha de Eros. Buenos Aires: Grama 2012 p.150

martes, 1 de enero de 2019

Bassols Miquel. Sobre el Odio

El odio como vínculo y ruptura 
                                                     

                                                                                                          Miquel Bassols
                         
El odio aparece de entrada como una ruptura del vinculo social. si el amor une, el odio desune, separa.
Pero esta apreciación es sólo un primer acercamiento a las múltiples paradojas que debemos estudiar en la clínica y la pragmática de los modos de desinserción en psicoanálisis. De inmediato se hace patente que el odio es también uno de los vínculos más fuertes que el sujeto pueda mantener con el otro y sus objetos. De hecho, tal como Freud señalo en su texto princeps sobre "Las pulsiones y sus destinos", el odio es,como relación con el objeto, más antiguo que el amor, nace de la repulsa primitiva del mundo exterior. El odio llega a ser incluso el principio activo que genera ese "exterior"a partir de un rechazo original que trazará las fronteras, siempre vacilantes, con lo interior. Así, el amor y odio se muestran indisociables en su principioy no se opondrán el uno al otro sino ambos a la indiferencia. Jacques Lacan creo un neologismo, la "hainamouration", para indicar ese punto crucial de reversibilidad del amor y el odio.
Entonces el odio es también un vinculo con el objeto. Hay que precisar cuál.
En todo caso, si puede hablarse hoy de "odio social" incluso de "grupos de odio", para describir los vínculos grupales fundados en el rechazo de lo Otro es porque el odio mismo puede funcionar como un significante del vinculo social. Los grupos racistas y xenófobos, las respuestas de grupos sociales fundados en el rechazo a la inmigración o a la religión del Otro, son buenos ejemplos de ello.Es el lado  significante del odio, el que encuentra una representación en múltiples fenómenos subjetivos y sociales.
Del lado pulsional, la cuestión parece más abstrusa. Recordemos de nuevo el texto de Freud donde  afirma que la pulsión ni ama ni odia, solo se satisface.Y se satisface a expensas del amor y del odio, rodeando el objeto para volver de forma autoerótica sobre su fuente. En realidad, hace falta la aleación de la pulsión con el narcisismo, con la relación libidinal, con la imagen del propio cuerpo, para que surja el metal del amor y del odio. La satisfacción de la pulsión, que traducimos con el  término de "goce" (jouissance) puede ser entonces, ella misma, objeto del odio, del rechazo más radical del sujeto cuando lo experimenta como un goce del Otro.
Situamos en esta vertiente toda una serie de fenómenos que el término "desinserción" puede muy bien agrupar por los efectos que produce como formas de vínculo y de ruptura. Son los fenómenos subjetivos más paradójicos que encontramos en el odio a lo más querido, en el pasaje al acto de la violencia dirigida a lo más próximo, incluso a una parte del propio sujeto: la violencia llamada de modo tan inapropiado "violencia de género", la violencia ejercida voluntaria o involuntariamente hacia los niños, hacia los locos, hacia los sujetos que son objeto de la exclusión social, pero también el acto suicida que apunta a tocar la raíz de ese odio en el propio sujeto...
En esta vertiente , es cierto, no se promueven grupos o asociaciones fundadas en el odio dirigidos  estos objetos. El goce, en su vertiente más intolerable, no promueve el vinculo social sino su ruptura en el retorno más puro de la pulsión sobre el propio sujeto.
Quedan por ver entonces las formas que toman este retorno cuando el objeto del odio se revela como inseparable del propio sujeto.   

Contribución a la preparación del Encuentro Pipol 4 sobre "Clinica y pragmática de la desinserción en psicoanálisis". Barcelona 11 y 12 de Julio de 2008