¿Será la violencia hard la expresión de lo pulsional
rechazado por esta sociedad tamizada?
En la novela Noches de Cocaína
escrita por James Ballard encontramos el desarrollo de este planteo. Se nos
presenta un ámbito con el estilo más cool
posible. Se trata de los condominios lujosos del ocio obligado, donde irrumpen
fuera de toda necesidad, de todo objetivo aparente hechos de violencia,
incendios, asesinatos, prostitución, accidentes provocados. Estos hechos
delictivos son realizados por una persona consciente del efecto que producen:
“despertar” a un sentimiento de comunidad, de interés colectivo, de
movilización que activa y desplaza la indiferencia generalizada. “El crimen es una calculada solución al
letargo emotivo”[1]
Este efecto de la violencia como
despertar, se encontró en sujetos que delinquían no por una causa económica,
sino para salir de un sopor existencial insoportable.
Del articulo
“Ficciones que alojan la violencia” de Graciela Ruiz
[1] Cohen Marcelo, “Cocaína, psicoanálisis, delito, literatura y
neoliberalismo”. Revista “El
perseguidor” Nº 8, (2000-2001) p.68.
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